Testimonio impactante: Del abuso y el narcotráfico a sanar con Jesús Eucaristía

Mar 29, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

María Magdalena de la Santa Cruz vivió el asesintato se su amigo a los 26 años. A partir de aquí su vida cambió completamente. Comenzó a ir a misa y le llegó una iluminación de conciencia muy fuerte. Antes de este suceso se sentía muy hipócrita y pecadora; acudía a misa con este amigo pero por ir.  “A partir de este asesinato me eganché a la Palabra de Dios y me confesé porque desde los 9 años no me había confesado”.  No entendía que era recibir a Jesús Eucaristía. 

Empezó a comulgar y sintió algo muy grande empezó a tener esa conciencia de que Dios estaba en sus manos. “Me impresionaba mucho. Lo sentía muy vivo y presente. No me sentía merecedora de recibirlo”, reconoce. Esto le llevó a ver su pecado de manera muy clara. Vió lo egoísta que era y toda su vida pasó con una gran claridad por su mente y corazón. “Cuando rezaba el Rosario recuerdo el tormento que tenía”. 

Sentía repudio y asco por sí misma. Todavía recuerda cuando empezó con un chico de pareja y estaban metidos en el narcotráfico. No pensaba realmente en el daño que le hacía a los demás. “Me dañé a mí misma y a él que terminó asesinado. Muchos jóvenes mueren por sobredosis y toda esta realidad que pude vivir me empezó a atormentar mucho”, sostiene. Padecía mucho y se le vino a la cabeza terminar con su vida. Comía y dormía poco. Se sentía sucia en el cuerpo y en el alma. Buscaba la manera que la dejaran sola para poder terminar con su vida pero siempre sucedía algo que le hacía no dar ese paso. Se encontraba agotada y quería buscar algo que le tuviera más relajada. 

“Intenté tomar unas pastillas para dormir. Lo único que me daba consuelo era Jesús. Cuando llegó a la farmacia antes quiso saludar al Señor y entró en una iglesia. Cuando pasa al templo, se arrodilla ante Jesús, cierra los ojos y comienza a llorar. “El alma me dolía. De un momento a otro comienza a ver la película de su vida y toda la violencia que su padre ejercía a su madre. Todo ello les llevó a un desorden de vida muy grande. Se da cuenta que desde el vientre ya era maltratada. A los 4 años de edad además es abusada. A los seis años nuevamente la abusan, la violan. El recuerdo del abuso de los seis años sí que lo recuerda. 

¡No te pierdas este desgarrador y esperanzador testimonio! 

Puedes ponerte en contacto con la hermana y ayudar en su apostolado en este email: prisaorg@gmail.com
Teléfono: +1 (786) 239-8699

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