Testimonio de conversión: De una guerra espiritual, VIH, demonios al milagro de la fe

Abr 14, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Román Ismael ha nacido en Monterrey (México). Proviene de una cultura muy variada pero bautizada y confirmada. Siempre fue un niño muy obediente en cuanto a respetar la tradición familiar con las creencias. Siempre practicaron la fe católica pero más por parte de su madre. Se criaron en la casa de sus abuelos maternos. Tenían la catedral cerca y todo era muy accesible para acudir a las actividades de la iglesia. Siempre se sintió protegido de alguna manera. Era un niño de buenas notas, deportista, sin ningún reproche por parte de nadie. 

Nunca fue una persona de ir a fiestas ni de época de adolescente ni de más mayor tampoco. Siempre tenía esa ilusión por recibir a Cristo y la Santa Eucaristía. “Quería descubrir cómo era el cielo, qué había detrás de las nubes. Recibí ese regocijo con la Primera Comunión. Pude reafirmar mi fe”, explica. Su vida hasta aquel momento era una vida de rectitud y seguir los consejos de la propia Biblia.

Al entrar en la universidad es cuando realmente se definió quién es. Nunca tuvo suerte en el aspecto afectivo. Siguió su práctica habitual. Se veía en un futuro con esposa e hijos tal y como había aprendido, pero no sucedió así. De primeras, ninguna chica se fijaba en él. “En el aspecto familiar si hubo machismo. Había abusos en cuanto a cómo trataban los varones de la familia a sus mujeres y cómo ellos criaban a sus hijos, a mis primos”, reconoce. 

Su padre y su abuelo eran masones. No tenía acceso a toda esa información en aquel momento pero lo intuía.  Estaban en México pasando por una época difícil, aún así vivía en una de las ciudades más ricas de Latinoamérica. Un día estuvo a punto de que le secuestraran. En cuestión afectiva siempre fue muy responsable. Un día conoce a una persona que tenía bastante poder y le quiso ayudar con unos proyectos. Él era el prometido de la que fue su jefa años atrás. 

Va a Ciudad de México y vive una vida de lujo pero tampoco deslumbrante como para que fuera una tentación para él. “Durante este tiempo había descubierto todo lo que conllevaba la magia oscura. No me cuadraba nada de este señor en cuanto a su conducta. Había cosas extrañas pero lo acepté porque era mi amigo”, recuerda.Cuando quiso darse cuenta ya estaba muy metido. “Conseguía un proyecto y de repente se me caía. Una persona cercana le iba muy bien la vida y de repente se suicidó y esto me marcó mucho. Para mi todos estos acontecimientos no eran una simple coincidencia”. 

Un día que se encuentra mal y después de hacerles pruebas le dijeron que estaba grave, que tenía VIH y que no duraría mucho. Pasaron días y volvió a encontrarse mal. Así comienza su tratamiento pero su estómago no lo recibía bien. Era obstáculo tras obstáculo. Empezó a bajar de peso, en una semana perdió 25 kilos. Un día que estaba realmente mal siente a su abuela materna. “Era una persona muy devota a la Virgen. Me acuerdo que llegué a una sala y había una persona femenina y le dicen que yo había llegado”, así era este sueño. 

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