Santiago Felipe Valencia es de Colombia, de la ciudad de Medellín, tiene 35 años. Es comunicador social, docente de Biblia y artista por herencia familiar. Además es laico misionero. Viene de una familia católica pero no tanto por convicción. Acudían a misa y cuando había algún problema en casa recuerda que rezaban el rosario. Cuando tenía 19 años le hacen una invitación a un retiro espiritual, justo en el día de su cumpleaños. “Cuando vi la fecha, vi el primer obstáculo para ir. No lo descartó del todo pero tampoco fue un sí”, sostiene. 

El día de antes estuvo celebrando su cumpleaños bailando y llegó a la madrugada del día siguiente de la fiesta. Al llegar a su casa y sin haber dormido decide sin titubeos ir al retiro, sin recibir ninguna instrucción, hace la maleta y se dispone a tomar el bus. Cuando sus amigos le llamaron para felicitarle estando en el retiro les comentaba que estaba en un retiro y sus amigos se sorprenden. 

Santiago Felipe estaba decidido a irse y preguntaba que cuando salían los autobuses, el organizador le decía que ya no pasaban más buses. El seminarista estaba convencido que a los presentes les esperaba muchos regalos allí. Estando allí ya se resignó y pensó que lo único que le quedaba era abrir su corazón. 

“Nos reunimos para hacer una oración, era dirigido cada grupo por un seminarista. Cierro mis ojos, empiezo a experimentar algo en mi garganta, no sabía qué significaba, me entraron muchas ganas de llorar. El seminarista pone las manos en su hombre y me dice: ” No estás sólo, tu padre está contigo”, cuenta. Esas palabras fueron dirigidas a su corazón. No paraba de llorar. Fue un despertar espiritual para Santiago Felipe y la certeza de que Dios existía. 

Después de esa oración, vinieron a él recuerdos de su vida dolorosos, empezaron a fluir. “Empiezo a recordar cuando era pequeño, con cinco años, yo deseaba tener un padre. Cuando llegaba el novio de mi hermana le preguntaba si quería ser mi padre”, expresa. Santiago Felipe recuerda cómo sus compañeros de pequeños sabían jugar al fútbol, él no sabía. Se había criado con su hermana  y madre. Cuando le preguntaban de pequeño por su padre era que no extrañaba a su padre porque no lo había conocido, porque ¿cómo uno va a extrañar a alguien que no conoce? Se equivocaba.  Así comienza su camino espiritual. Después de esto pudo sanar muchas heridas, también la depresión que padecía. 

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Aquí puedes conocer a Santiago Felipe y su apostolado: https://www.instagram.com/santiagofelipeva/?igshid=YmMyMTA2M2Y%3D

Sus obras artísticas puedes verlas aquí: https://instagram.com/sartepin?igshid=YmMyMTA2M2Y=