Testimonio de conversión: De infidelidades y un corazón herido a la virtud de la pureza

Abr 18, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Angélica Celis tiene 40 años y es de Venezuela pero desde hace cinco años llegó a Chile huyendo de su país por la grave situación que se está viviendo. El migrar también le hizo alejarse de su fe. Viene de una familia católica, de rosario dominical. Siempre le llevaron por el camino de la fe pero faltaba una base de formación en cuánto a la pureza. “No se ahonda en la belleza de la pureza y la castidad, todo lo que conlleva practicar las virtudes”, explica. Estudió en un colegio de monjas, pero las religiosas no la cautivan. 

Cuando llega a la adolescencia llega esa curiosidad desbordante por conocer. En esta etapa es dónde conoce a su primer amor y con ello su marido. Él era católico a su manera. “Empieza un amorío sin una formación previa. No nos preparamos para esto. Decidimos darle rienda suelta al amor. Empezamos a tener relaciones y esa inocencia la fui perdiendo”, explica. A los cinco años de relación se casan. Llevó una vida entre felicidad y tristeza. Hubo muchas promesas antes del matrimonio que no veía cumplirse. Su marido salía mucho, bebía y por supuesto, no le acompañaba a la iglesia. No era el matrimonio que soñaba. Un día, una tía suya la invita a la legión de María. 

A pesar de que ahora está muy expuesta en redes por entonces todo le daba vergüenza. No daba ese paso que el Señor quería que diera. Pero comenzó este camino, cada vez estaba más comprometida en la parroquia y estaba aprendiendo mucho en su formación en la fe. Seguía ese vacío en su corazón porque no podía compartir esta fe con su esposo. Pasó el tiempo y no conseguían tener hijos. “En algún momento tenía miedo de tener hijos con esta persona. Traer al mundo a un niño en esas condiciones”. Pero al tiempo, accede a un tratamiento para tener hijos, y se queda embarazada. Su marido tuvo un inicio de conversión pero no culminó. “Viví muchas infidelidades. No sabía hasta cuándo podía soportar esto. Me dolía mucho tener que tomar la decisión de un divorcio”. 

Esto le llevaba a seguir perdonando, a seguir aguantando. Pasó un año de discernimiento, orando mucho por él.  En ese año el Señor le consoló mucho y finalmente decide separarse tras un gran escándalo que se vivió en el propio entorno de la parroquia. A pesar del dolor profundo de su corazón sentía un gran alivio por la decisión que había tomado. “Tras la separación logré perdonarle por la gracia de Dios”, reconoce. 

En ese tiempo de matrimonio y noviazgo jamás vió a otro hombre con otros ojos y no pensaba que eso sucedería después. Pero comienza a darse cuenta que sí podía atraerle otras personas y cómo por ahí se podía meter el mal en las relaciones.  “El demonio en su astucia ve que perdiendo la astucia, ataca por ahí. Desde la soledad que sentía y la necesidad de sentirme amada”. Además estaba alejada en ese momento de los sacramentos. “Empecé a buscar el amor desesperadamente, quería un San José”, sostiene. 

Puedes seguir a Angélica aquí: https://www.instagram.com/femineidadvirtuosa/

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