Testimonio católico: De vivir su batalla a sanar y redescubrir su vocación al amor

Abr 5, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

A Pablo Beuchat le gusta comenzar con esta frase: “Mi vocación es el amor”. Cuenta que en su vida ha vivido en países diferentes y ha vivido vocaciones distintas también.  Estuvo primeramente en el seminario menor, después consagró su vida a Dios optando por una vida célibe de consagración. Más tarde se dio cuenta que era mejor dejar ese camino y ahora sigue como laico en el mundo, pero siempre con la convicción de que Dios siempre le ha acompañado, que siempre le ha amado y que dentro de él siempre ha habido un deseo profundo de amar y ser amado.  “Ese deseo se puede vivir desde cualquier circunstancia en la vida da igual la vocación a la que uno esté llamado. Siempre se puede vivir la vocación al amor. 

Pablo es de Chile y estudió en un colegio católico. Su familia le proporcionó siempre una educación católica desde pequeño. Le gustaba involucrarse en las actividades pastorales que se vivían dentro de la iglesia. Así, a los 15 años se marchó de voluntario a México durante dos meses para ayudar en la pastoral con los jóvenes y adolescentes. Recuerda que allí vivió experiencias bonitas y fuertes, pero sobre todo descubrió dos grandes certezas que hasta el día de hoy perduran en él. “Una de ellas es la toma de conciencia de la necesidad que hay de Dios en el mundo. Tenía que acompañar a muchos jóvenes y me tocó ser testigo de la falta de Dios. Ver tanto sufrimiento, tanto vacío existencial”, reconoce.

Por otra parte, Pablo se encontró en la entrega a los demás, en ese salir de sí mismo. Se dio cuenta que Dios le estaba invitando a colaborar con él. Que de alguna forma Él contaba con Pablo. “Podía desde mi limitación, desde mis carencias o defectos poder ser testigo suyo y poder llevar un poquito de su amor al mundo”. Recuerda que había una gran satisfacción dentro de él al poder acercar ese amor de Dios a los demás. 

Mientras tanto Pablo seguía yendo al colegio con sus compañeros, pero empezó a vivir en un clima de discernimiento hasta los 17 años. “Un día en un retiro me llegó un cometido muy fuerte y es que era tan feliz anunciando al Señor y entregando su vida por Él”, sostiene. No quería separarse de Él. “En oración decidí consagrar mi vida a Dios asumiendo una vida de renuncia a mis planes para entregarme a él en el lugar del mundo que quisiera”. A los 18 años se consagra a Dios y viaja a México. Comienza este camino. 

¡No te pierdas este precioso testimonio!  Puedes seguir a Pablo aquí: https://www.instagram.com/pablobeuchat/

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