Raul Zepeda, es mexicano y tiene 36 años, es productor de música católico. Nació en un lugar pequeño de México en el estado de Oaxaca. Siempre mantuvo interés por la música, veía tocar a su padre. Creció en una familia con mucho amor, les dieron todo, se refiere sobre todo a la parte del afecto y la educación. No creció en un hogar donde fueran católicos practicantes, sino que iban a eventos especiales a la iglesia. Sin embargo su madre siempre les hablaba de Dios, y su padre a su manera también.
Creció y como ocurre a todos los jóvenes eran momentos de salir, de fiesta universitaria. Además se fijaba en que las chicas le hacían caso. Todo sumaba para salir. “Ahí perdí el rumbo, dejé un poco de ser yo”, cuenta. Al mismo tiempo tocaba música, hacía deporte y en las clases no le iban mal. Pero esa época fue de perder el rumbo y eso lo notó en que perdió la pasión por la música. “Era el típico niño que no hacía nada malo, era muy malo para decir mentiras”, reconoce. Tenía una vocecita que le decía que no estaba bien lo que estaba haciendo, hasta que hubo un momento pudo acallar esa voz. Desde pequeño se daba cuenta que nada de lo que hacía en este mundo te hacía feliz de verdad.
La misma parte de comprender que nada de lo que hacía le daba la felicidad, se hacía patente. El vacío era muy grande. Comenzó a crecer más y se enroló en una universidad donde estudió ingeniería industrial. Pero no era feliz. Le gustaba hasta cierto punto. “Estaba buscando un sueño que no era el mío”, comenta. Se perdió pero gracias a Dios volvió a recuperar su pasión por la música.
Entonces ya se planteó el por qué estaba en la universidad, haciendo gastar tiempo y dinero a sus padres. “Pensé que mis padres iban a poner el grito en el cielo y no fue así”. Se marcha a vivir a Ciudad de México con su abuela que vive justo al lado de la Basílica de Guadalupe.
“Empezó a surgir en mí un hambre de la palabra y para mi bendición enfrente de mi universidad había un centro evangélico. Me acerqué para conocer la palabra presentándome como católico”, comenta. Ahí empezó a leer la Biblia. Aquí surgieron muchos viajes y ya de regreso a méxico le ofrecen su primer trabajo como músico, al mismo tiempo empieza a acudir a misa. “Después de que fui yo, se unió el resto de mi familia a la misa”, comenta.
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Puedes seguir su música y apostolado aquí: https://www.instagram.com/soyraulzepeda/
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