¿Es válido orar solo con el pensamiento?
Toda pregunta por sencilla que parezca tiene una respuesta poderosa. La respuesta que le ofreció un sacerdote a un fiel fue que “rezar con el pensamiento es muy bonito y nos da mucha paz”. No obstante, el padre explica que no siempre podemos orar en voz alta, porque “a la gente le puede resultar extraño”.
De esta forma, en la intensa vida que llevamos, en la que estamos de manera continuada recibiendo constantes impactos y mensajes que nos distraen de lo verdaderamente importante, “orar en silencio nos pone en sintonía con Dios y con nosotros mismos, y esto es bueno para nuestra alma y nos da paz”, asegura el sacerdote.
“Lo que no se puede hacer es dejar de lado la oración común, porque Jesús la recomendó. En efecto, Jesús nos habla de dos tipos de oración: la oración en privado, en un lugar aislado o en silencio en medio de la confusión de la vida; y la oración comunitaria, en la que Jesús nos asegura que cuando dos o más se reúnan en su nombre, él estará entre ellos”.
Otra de las recomendaciones que el sacerdote nos transmite es que continuemos orando en silencio, utilizando las oraciones que conocemos de memoria, o meditando en las verdades de nuestra fe, “en un diálogo amoroso con Dios”.
Como última clave resalta la importancia de pedir en silencio la ayuda de los ángeles y los santos “porque son nuestros héroes, nuestros amigos y nuestros maestros en nuestro compromiso con Dios y con nuestros hermanos y hermanas”. “Y si puedes recordarlo, reza por mí, ¿de acuerdo? Me gustó mucho tu pregunta. ¡Te deseo mucha paz!”, finaliza en su mensaje.
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