¿Un empresario puede ir al cielo y ser santo?

Oct 10, 2022 | CURIOSIDADES

El Papa Francisco indica 3 condiciones que los empresarios deben cumplir para llevar una vida laboral conforme al Evangelio: compartir la riqueza, crear trabajo y ser trabajador.

El Santo Padre ha explicado que hay dos tipos de empresarios: “los ‘mercenarios’ y los empresarios semejantes al buen pastor, que sufren el mismo sufrimiento que sus trabajadores, que no huyen ante tantos lobos que rondan”.

¿Los empresarios pueden ir al cielo y ser santos? El Papa Francisco da 3 consejos

1. Compartir

“La riqueza, por un lado, ayuda mucho en la vida; pero también es cierto que muchas veces lo complica: (…) puede llegar a ser un ídolo y un amo despiadado que se quita la vida entera día tras día”. El Papa también explicó que una forma de compartir es pagando impuestos, que deben ser justos, y creando empleo, especialmente para los jóvenes”. 

(…) “Los impuestos no deben ser considerados como usurpación. Son una forma elevada de compartir los bienes, son el corazón del pacto social”. En este sentido, el Papa subrayó que “es urgente apoyar a las familias y a la natalidad en la práctica”.

2. Vocación comunitaria del empresario

“Hay que destacar el papel positivo que juegan las empresas sobre la realidad de la inmigración, favoreciendo la integración constructiva y potenciando competencias que son fundamentales para la supervivencia de la empresa en el contexto actual. Al mismo tiempo es necesario reafirmar con fuerza el ‘no’ a cualquier forma de explotación de las personas y negligencia en su seguridad”.

3. Sé un trabajador“Una de las crisis graves de nuestro tiempo es la pérdida de contacto de los empresarios con el trabajo: crecer, hacerse adultos, la vida transcurre en oficinas, reuniones, viajes, conferencias, y uno ya no va a talleres y fábricas. Te olvidas del ‘olor’ del trabajo. (…) Si es cierto que todo trabajador depende de sus empresarios y directivos, también es cierto que el empresario depende de sus trabajadores, de su creatividad, de su corazón y de su alma: podemos decir que depende de su ‘espiritual’ capital’”. “Los grandes retos de nuestra sociedad no se pueden superar sin buenos emprendedores”.

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