Ralston vive en Cancún (México) y viene a contarnos su impactante testimonio. Para Ralston todos estamos en la búsqueda de Dios pero no todos estamos en el camino correcto. Su madre embarazada dió a luz en Yucatán. Se supone que no debía nacer, pero Dios quiso que naciera. Viene de una familia católica, pocos eran practicantes. Su padre había sido bautizado. Entre la familia de su madre había católicos, ateos y su madre decidió ser católica evangélica. 

Se crió entre muchas contrariedades y dudas pero bajo cierta moral cristiana que no era católica pero le ayudó a desarrollarse. Su madre fue aprendiendo historias bíblicas a los niños de las familias pentecostales. Su madre no pudo ver su conversión porque falleció por un accidente de tráfico. “Crecí en un ambiente evangelista, penteecostal juntos a mis hermanos ya que nos llevábamos pocos años. No fui bautizado porque los bautizos se hacen cuando uno es mayor y se es consciente para que el compromiso sea mayor”, explica. Fueron unos padres amorosos con sus hijos. 

Le dieron valores y principios que le dirigió. Su padre era católico pero no practicante, bebía bastante y tuvo que ingresar para que le apoyaran en esta adicción. Era natural que Ralston se perdiera en el camino ya que los padres son el principal referente y esto no siempre se da como en su casa. Por parte de su madre tuvo un aprendizaje importante que fue la noción del temor de Dios. Era una mujer que le daba mucho valor a la oración. “Era una mujer de oración y de contemplación. Era una mujer muy piadosa”. Todas estas experiencias le fueron marcando en su vida. Fueron buenos guías para sus hijos. Seguía yendo a la escuela dominical. Recuerda que le contaban las historias de los israelitas como si fuera un cuento. 

Esa forma de hacer que al niño se le fomente la imaginación le gustaba. “Empezaba a surgir un resentimiento con la iglesia católica y uno se empieza a creer la prédica junto con toda la propaganda que había contra la Iglesia. No es sano este odio porque confunde más”, reconoce.  Esta confusión le hizo alejarse del conocimiento de Dios. En 1994 sus padres tuvieron una crisis. Esa crisis se unió a la crisis económica que estaba viviendo en el país, junto con la crisis política. Su padre antes de estar con su madre tuvo una relación con la que tuvo un hijo. Son detalles privados que dejan entrever cómo los errores de los ancestros llevan a otros errores en el presente con los hijos.  Desde pequeño sufría pesadillas terribles y de sonambulismo. Se despertaba de niño en las noches. De pequeño también recordaba irse a rincones de la casa para hablar con “su amigo imaginario”. Sus hermanos lo recuerdan y les daba miedo. Su madre estuvo rezando mucho por él. Así, llamó a una de sus primas que practicaban brujería y le hicieron una especie de ritual para liberarle de todo esto. Estas experiencias le marcaron mucho y le dejaron muchas dudas. Quería que estas dudas fueran resueltas. Con los años le venían los sueños premonitorios, se cumplían, eran sueños de maldición. Anticipaban el conocimiento de una tragedia. 

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