TESTIMONIO IMPACTANTE: De la tragedia por el suicidio familiar a sentir paz en la Misa

Feb 20, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Diego nació en Madrid y ya siendo niño se mudó a México. Recuerda una infancia feliz, bastante cómoda. Gracias a Dios a su padre no le fue mal económicamente. Acudían a un centro católico. Fueron creciendo y tener ocho hijos por parte de sus padres no debió ser fácil. “Mi padre era una persona que en aquel momento no entendía, era una persona dura con nosotros. También era una persona con chispa”, explica.

Era un hombre con carácter, su madre sin embargo era una madre cariñosa y lo presente que se puede ser siendo familia numerosa. Fueron a un colegio del Opus Dei. “Acabas harto de Dios y yo terminé por cansarme de todo lo católico”. También resalta que de los ochos hermanos era el más gordito, sus padres le llevaban al nutricionista. En 2016 comenzó esa transición de perder peso. Esto fue afectando en su vida creándose una gran inseguridad en su persona y en sus relaciones. En el colegio católico al que iba era un joven muy social. 

Al salir del bachillerato olvidó su relación con Dios. No le prestaba atención, no le debía nada. En la universidad tuvo una novia durante tres años pero era una relación tóxica ya que ni iban a misa nunca, ni vivían la castidad. “Estaba alejado de Dios”. Fue creciendo y en la universidad fue creciendo. Estudió Administración y Dirección de Empresas. La relación con sus hermanos era buena, los mayores se empiezan a casar y a tener hijos. 

Uno de sus hermanos comienza a tener una enfermedad que es la sociopatía. Vivía mintiendo, robando a sus padres y se peleaba con todo el mundo. “Era una persona que buscaba problemas. Mis padres no supieron de cierta forma cómo tratarlo”. Al principio lo internaron, después salió y estuvo varios meses sin consumir. “Pero el mayor problema de los sociópatas es pensar que nadie les quiere, no sienten ese amor de la gente. Gonzalo a Dios lo tenía abajo de una piedra”, sostiene. 

Al tercer año de intentarlo, parece que la cosa iba mejor. Tras estos seis meses sus padres encuentran un piso dentro del internado dónde podía comenzar a tener cierta vida autónoma, podía trabajar. Un verano cuando Diego estaba como monitor en el campamento no se sintió bien. “A las seis de la mañana entra el director del campamento a despertarme y me avisa muy nervioso de que mi hermano había tenido un accidente y que era un suicidio”, explica. 

Cuando empieza a asimilarlo se queda en shock. Volvió a México rápidamente y ese trayecto fue horrible. “Ahí comprendí el gran sufrimiento que estuvo viviendo mi hermano”, explica. La gente les estaba esperando para la misa inicial. Recuerda que al entrar en la funeraria vió a muchas personas, amigos y eso le  reconfortó. “Este suceso ha hecho que la familia esté más unida y estemos mejor comunicados”, reconoce. 

¡No te pierdas este precioso e impactante testimonio! Puedes seguirle aquí: https://www.instagram.com/arre_diego/?hl=es

¿Te ha gustado este artículo?

Ayúdanos a seguir creando contenidos católicos

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados