El padre Federico fue ordenado el pasado febrero. Fue criado en una familia cristiana, creció en un ambiente familiar y cristiano pero después de la infancia, en la adolescencia no tenía esa madurez cristiana o espiritual. 

En el ambiente mundano le fue impregnando en su alma pero gracias a un encuentro pascual a través de los amigos de sus padres empezó a dar una oportunidad en su corazón a todos estos grupos de personas. “Iba entendiendo por un proceso de vida todo lo que de pequeño se iba explicando. En la piedra del Calvario empecé a entender en el corazón el amor de Dios”, explica. 

Pensó en ese momento, “Señor, aquí tienes mi vida, noté como si alguien me puso la mano encima”, recuerda. En ese momento, ofreció su vida al Señor y que la mejor manera era con la llamada al sacerdocio. Se encontró llamando por teléfono al Seminario de Toledo para tener esa relación íntima con el Señor, estuvo cinco años allí. 

Federico se encontraba en una parroquia y se acuerda que fue a ver Unplanned una película de apuesta por la vida que sin duda le tocó el corazón. “Empecé a buscar abortorios por Barcelona y me encontré que había uno al lado de la parroquia donde yo me encontraba”, explica. 

Fue el abortorio que tenía cerca de la parroquia y se encontró con la administrativa que le explicó con todo mínimo de detalle todo lo que allí hacían. “Con lo que me habían explicado y dado me fui al sagrario a orar”, recuerda. Tiempo después se personó de nuevo en el abortorio avisándoles que se iba a quedar fuera rezando que si necesitaban cualquier cuestión estaría fuera. Sólo estaba rezando el rosario. 

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