Verónica, es consagrada de Regnum Christi, es consagrada, de Brasil. Estuvo muchos años en México trabajando en la pastoral con los jóvenes. Nos va a contar cómo ha sido el llamado a la vocación religiosa, a entregar esa vida al Señor. 

Verónica es la pequeña de tres hermanas, sus padres se casaron en un matrimonio mixto, su madre católica y su padre luterano. Siempre creció en ese ambiente católico y con ese respeto hacia la fe de su padre. En su casa siempre acudían a Misa pero después de la catequesis empezó a sentir que ya no quería ir a misa.  

De los 11 a los 14 años no quería saber nada de la Iglesia. Esta etapa la recuerda Verónica como complicada. “Recuerdo tener una adolescencia de mucha fiesta, alcohol, los chicos. Pienso, que desde los 12 años, hasta los 20 que me consagré no paré de estar con gente, era una rebeldía muy fuerte”, explica.

También empezó a experimentar con la Ouija y la madre se asustó y la madre las llevó a confesarse. Actos que no dejaban de dejar, también empezaron a pintar en las paredes de las calles con grafitis. Tenía claro que había una presencia de Dios a través de la madre que cada vez que hacía un acto vandálico o rebelde, las llevaba a ella y a sus amigas a confesarse. 

Pasó el tiempo y llegó el tiempo de la confirmación. “Empecé con un grupo de jóvenes en la parroquia donde forjamos una amistad muy bonita. Aquí empezó una relación muy bonita con el Señor. El tema de la vocación no se trata de una voz que viene de fuera, es algo que ya está dentro de uno, es un proceso de descubrimiento”. 

En este grupo de jóvenes se encontraba bien pero reconoce que no había una formación doctrinal y espiritual. La hermana de Verónica seguía viendo en su hermana que vivía esa doble vida, con un noviazgo que no era católico. Su hermana había vivido una conversión muy fuerte. “Mi hermana me enviaba cartas, con libros para que yo me fuera acercando a la fe, yo siempre guardaba las cartas, no quería saber nada”, recuerda.

Hasta que la hermana decidió hacer una novena a la virgen del Perpétuo Socorro pidiendo a María por la juventud de Verónica. Un día invitó a Verónica a que fuera a la Iglesia. Un día la llamó una consagrada y le dijo que si podían ir a su grupo. “Pusieron un video de misiones, cuando pusieron ese video tuve claro que yo tenía que estar ahí”, explica.

¿Quieres conocer el final de esta preciosa historia de vocación? 

¡No te pierdas el testimonio completo!

VEROFLIX – https://www.youtube.com/c/VeronicaBrunkow
Su instagram: https://www.instagram.com/veronicabrunkow/?hl=es