Leonardo Conde (Leo Conde) y su mujer son un matrimonio con una historia preciosa por contar. Son de Guatemala. La historia que vienen a contarnos hoy es la historia de un milagro producido en este matrimonio. Leo y su mujer se conocieron desde muy jóvenes, llevan más de veinte años de casados. Karla creció con el rezo del Santo Rosario por su familia. Era una familia católica y practicante. Leo por su parte se escapaba a la iglesia para poder visitar a Karla.
Define a su marido como un hombre apasionado, atleta y siempre había practicado deporte de alto riesgo. Ellos llevaron su noviazgo durante bastante años para después casarse jóvenes también. La meta de Karla era tener muchos títulos universitarios y viajar por el mundo. Las cosas, sin embargo, se dieron de diferente manera. “Hubo quién me dijo cuando me quedé embarazada que abortara, que era precipitado tenerlo. Aunque éramos jóvenes y tuviéramos que empezar de cero, nunca lo vimos como una opción”, explica.
Leo además de deportista, tenía una gran voz dónde participó en grandes concursos, tenía una voz preciosa según explica su mujer. Su sueño era ser cantante famoso. Y es que en el escenario había muchos ofrecimientos de todo, de éxito, fiesta. Conforme pasaba el tiempo este estilo de vida si les llegó a afectar en ese momento como pareja llegando a pensar incluso en el divorcio. “Quisimos hacer funcionar nuestro matrimonio. Fuimos a un retiro de parejas. Empezamos nuestra iniciación en la fe como familia”, recuerda.
Leonardo en aquel momento era contratista para una empresa de telecomunicaciones y se le daba bastante bien. Así empezaron a buscar otra casa que es dónde actualmente viven. “Todo ese proceso de crecimiento fue bonito, por el esfuerzo del trabajo de ambos”.
Cuando comienzan a tener más solvencia creen que es meramente por su esfuerzo sin darle importancia a Dios. En 2018 tienen una profunda crisis matrimonial dónde ambos se encontraban en su peor momento. La única opción que les rondaba era el divorcio, pero una situación todavía más grave estaba por llegar que de alguna forma salvaría su matrimonio ya desgastado. En esta época Leonardo era paracaidista y por su pasión por volar se inscribió en el deporte de ala delta dónde ganó numerosos trofeos. Hubo un antes y un después cuando Leonardo tiene un grave accidente en la montaña.
Cuando van a buscarle se cruzan ante Karla muchas ambulancias, un helicóptero pero no sabían nada de él. Localizaron el cuerpo sin saber que era realmente él, ya en el hospital le confirman que era él y se estaba debatiendo entre la vida y la muerte. “Estaba muerto, lo tuvieron que resucitar en varias ocasiones. Fue muy duro. Nos llevaron a una sala privada. Solo recuerdo que pasaron muchas horas”, comenta.
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