Gisela tiene 26 años y es de Perú. Es la fundadora de Catolikids, una plataforma de formación católica en red. Viene de una familia católica por parte de su madre, por parte de su padre no son católicos, su abuelo es evangélico. Gisela reconoce que toda su vida ha creído en Dios, le buscaba de alguna forma. Por eso, para ella era una angustia el reconocer que no había sido bautizada, era una angustia y preocupación. Veía películas católicas y no distinguía entre una religión u otra. A su madre y a Gisela le invitaba a charlas evangélicas. “Lo que quería era bautizarme. Los evangélicos van al río a bautizarse”.

Un año cuando estaba finalizando la secundaria, una profesora les comunica que pueden optar al sacramento de la Confirmación. Empieza a curiosear sobre el significado del sacramento y la profesora le explica que podía recibir los tres sacramentos. “No entendía que era la primera comunión ni la confirmación. Sentía que los catequistas no me motivaban. 

Era leer el Catecismo, nos lo ponían a leer de principio a fin pero aún así quise perseverar porque al final me iban a bautizar que era lo que quería”, sostiene. Un día, ya con su verdadera formación, llega un animador y les lleva a una sala. Estaban haciendo un poco de jaleo en ese momento. “Suena el teléfono de mi amiga y el animador me dijo que tenía que retirarme. Poco a poco el tono del animador fue cambiando”, recuerda. 

Este animador les explica que estaban buscando nuevos animadores para formar un grupo juvenil. Empezaron así a hacer retiros, oraciones profundas en el Espíritu Santo y a formarse en la fe de manera activa. Con esa formación empieza a conocer a Jesús y a la Iglesia Católica. “Cuando comienzo mi formación en la pastoral juvenil pensaba que iba a encontrarme una iglesia que me iba a acoger y al principio no fue así. Hay una parte bonita en la que juntos aprendes y vas creciendo. 

Era bonito formar parte de esto”, resalta. Gisela veía a Jesús en cada uno de esos jóvenes. “El primer consejo es que somos seres humanos, no somos perfectos y siempre vamos a ser tentados por el maligno. A veces esperamos que la gente de la iglesia tenga otras cualidades o virtudes”. Esto fue lo que les planteó su coordinador en ese momento. Gisela y sus compañeros entendían que tenían que innovar, no cambiar el mensaje sino traer nuevas herramientas. Estos cambios no gustaron a todo el mundo. Siempre se mantuvieron firmes en que las cosas para Dios tienen que hacerse bien. 

Puedes seguir a Gisela y Catlikids aquí: https://www.instagram.com/catolikidsoficial/?hl=es