Gabriela Riascos es colombiana y lleva cinco meses estudiando en Madrid. Todo comienza al principio de la pandemia. Siempre se ha considerado una persona espiritual, una persona que cree que algo superior. En su casa siempre se denominaron como católicos pero en la práctica no acudían a misa y tampoco se confesaban desde que hizo la Comunión. Se conectaba con el Señor sólo cuando lo necesitaba. Pero llegada esta etapa quería conectar mucho con la Virgen y con el Señor, siempre del lado racional. 

En Colombia un día acude a Lazos de Amor mariano, un retiro de cuatro días sin caer en la cuenta de todo lo que estaba sucediendo en su vida en ese momento. “Pude ver muchas cosas en mi vida en este retiro. Aquí comenzó todo mi proceso”, reconoce. Llega y empieza a escuchar historias, vió personas entregando sus cruces y perdonando. Salió de ese retiro con una paz que no podía explicar con palabras. Al salir estaba muy motivada en seguir conociendo a la iglesia. Desde ese momento, nada en su vida fue lineal. 

Sale de este retiro y comienza a experimentar cosas en su mente y en su cuerpo que nunca había sentido. Desarrolló mucha ansiedad y una serie de pensamientos intrusivos que le generaban mucho dolor en su alma. No sabía cómo pedir ayuda. En aquel momento no se hablaba mucho de la salud mental. “Sufría mucho internamente y me cuestionaba mucho. Pensaba en cómo era posible que le sucediera todo esto ahora que estaba rezando el rosario y estaba acercándome a la fe”, reconoce. Así, acudió a psicólogos, guías espirituales y otros especialistas. 

Empezó a culpar mucho a Dios y cuando rezaba a María pedía mucho por su sanación. “Siempre que pedía algo era de necesitar no de corazón. Pensaba que todo esto era como si fuera una varita mágica que me iban a solucionar el problema”. Una montaña rusa de emociones dónde cada vez se alejaba más del Señor y más se acercaba a la Nueva Era. Acudió al tarot y al horóscopo entre otras cosas. 

“Cuando estaba sola en mi habitación sentía que me faltaba algo, no entendía en para qué estaba viviendo lo que estaba viviendo”. No encontraba la paz que necesitaba su alma. Escuchaba por un momento podcast católicos y a leer la Palabra. Desde una posición siempre de desconfianza y porque lo necesitaba. Y es que, se encontraba muy débil en términos de fortaleza mental. 

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