Alexandra Guzmán es psicóloga clínica y católica. Su familia era católica pero no practicante. Les daba igual acudir a una iglesia evangélica que católica. Desde pequeña se empezaba a cuestionar sobre las leyendas negras de la iglesia. Todo negativo sobre la iglesia católica. Hubo un punto en que decía que creía en Dios pero no en la iglesia. “Decía que era creyente pero no fanática. Tachaba a estas personas de fanáticas”. Con 15 años le atrajo mucho sobre las cosas ocultas de la Iglesia. En ese momento salió el libro sobre el Código Da Vinci. 

Se empezó a creer todas las cosas que decía el libro. Fue el gancho que el Señor utilizó para que se acercara a él. Por esos años, se empezó a meter la Nueva Era en su casa. También apareció un señor con unas filosofías muy extrañas. “Teníamos que llevar un collar con arena. Llevábamos un amuleto muy extraño. Como nos decía que protegía lo llevábamos pero sentía que me apretaba mucho el pecho”.

A los 16 años sintió una necesidad inexplicable de orar. Hasta ese momento oraba por interés cuando le iba mal en alguna materia. Empezaba a orar en las mañanas, un padre nuestro por las mañanas, luego eso pasó a la noche. También le interesó el libro del Apocalipsis. Así, conoció Lazos de Amor Mariano. “En el proceso de consagración te enseñan la Doctrina de la Iglesia de una forma sencilla. También nos explicaron el tema de la castidad. Lo explicaban de una manera muy racional, aterrizado a la realidad humana”, recuerda. 

Quiso quitar todas las arenas que había colocado en su casa. Así empieza su proceso de conversión. En cuanto a la castidad le costó un año largo entenderlo. Estudió en una universidad pública y se sintió muy sola en todo este camino. En este momento también se cuestionó su fe y conoció la ideología postmoderna. Casi cae en el engaño del discurso progresista de lo que se suponía que era el modelo de la educación pública. 

Pudo recuperar su fe y sus valores. Supuso el alejamiento de sus amistades pero pudo salir adelante. Al final de la carrera escuchaba el tema del mindfulness, era como un enfoque más tal y como se lo enseñaban. “Lo vi muy inocente pero también era Nueva Era pero había algo que no me cuadraba”, comenta. Al terminar la universidad tuvo una necesidad muy fuerte de unir sus conocimientos con la fe católica. “Empecé a buscar información y formación sobre la integración entre la psicología y la fe católica”. Se tomó un año para formarse y se formó en sanación de heridas con el enfoque de la Iglesia Católica. También estudió antropología cristiana. Y es que las visiones que había visto del ser humano habían sido utilitaristas, mundanas y materialistas. “Con ayuda de un psicólogo católico pude dar ese empujón que necesitaba para atender a pacientes”. Así lo hizo, y comenzaron a requerirles sus servicios rápidamente. 

¡No te pierdas este interesante testimonio! Puedes contactar a Alexandra Guzmán aquí: https://www.instagram.com/psicoalexandraguzman?igsh=MTJ0OGU2YzN3M2JvZg==