Ángel Delducca es cantautor católico y se dedica a hacer música comercial también música católica. Viene de una familia muy católica, desde muy niño le inculcaron el amor por Jesús y por la Virgen María. Eran católicos pero en ciertos momentos también creían en otras corrientes como el horóscopo. Se crió con sus tías y a ellas les gustaba mucho las cuestiones de las cartas. Cuando Jesús le tocó a él también en consecuencia les tocó a ellas. 

“Dios empieza a utilizarse para sacar todo esto de mi casa. Mi madre como tenía ascendencia gitana leía por tradición las cartas a sus amigas. Empecé a quitar todo lo que tenía que ver con todo esto de casa”, explica. Todo esto claro, trajo consecuencias ya que cuando echas al enemigo de casa, el enemigo se revela. “El enemigo se reveló a través de mis compañeros. Fui víctima de burlas y de bullying”, explica. Llega un momento en que Ángel se quiso rendir intentando suicidarse. “Cuando cometo esta locura de quitarme la vida, me encierro en la última habitación de casa y me recogen tumbado”. En ese momento le llevan al hospital y ahí le comienzan a hacer preguntas. 

Ángel le cuenta el por qué había hecho eso y cuántas pastillas se había tomado. El médico le dijo que con sólo cuatro de esas pastillas le podía haber generado un fallo cardiaco. No fue el caso. “Pienso que fue Jesús el que me dió esa oportunidad para seguir conociéndolo y dándolo a conocer a mi familia”, recuerda. Cuando llega a casa del hospital sus tías se encontraban tristes por la situación. Sus tías le propusieron mudarse de lugar hasta un pueblecito. La noche que le preguntó a Jesús si había sido él el que le había dado esa oportunidad, que quería una señal, aparece ese signo. “En menos de cinco minutos aparece una estrella fugaz que hace como en mi cama, cae y desaparece. Fue la primera vez que tuve una respuesta física de Jesús”. 

Pasa el tiempo y en esta nueva vida que emprende conoce a un amigo que le adentra dentro de los Testigos de Jehová. Esta confusión le hace alejarse de la Virgen María, un amor que había sido sembrado desde su infancia. “Dentro de este proceso llegan unos amigos de lejos que quieren formar un ministerio musical y me invitan a formar parte”. Así se encamina todos los domingos a la Eucaristía para cantarle al Señor y a la Virgen María. El regreso al amor de la Madre no fue tarea fácil. 

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