Wilfredo Toro es colombiano y actualmente vive en Brasil. Muchas veces sentía que su testimonio no era del todo válido porque no era lo suficientemente fuerte como para contarlo. Y es que su testimonio se basa en una palabra que es: perseverancia. “Vengo de Barranquilla, una ciudad alegre y mi música lleva ese espíritu”, explica. 

Sus padres le llevaban a misa de manera un poco obligada y en ocasiones lloraba. “A veces sin esperarlo Dios va sembrando su semilla. Encontré algo que me gustó y fue la Infancia Misionera”. Le gustaba compartir con los grupos y los niños, les formaban y después hacían la Primera Comunión. En la adolescencia siente que siempre se salió del molde del resto. 

Cuando todo el mundo escuchaba salsa, merengue, él escuchaba rock y hip hop. “No sentí que me hicieran bullying pero sí que era diferente. Éramos súper rockeros”. Así comienza a tocar la guitarra sin tener todavía ninguna experiencia con Dios todavía. Al mismo tiempo practicaba karate como su padre. “Mi padre un día me dijo que tenía ya un profesor para enseñarle guitarra. La primera canción que toqué con la guitarra fue una de Roberto Carlos”, comenta. 

En todo este tiempo, él siempre iba a misa acompañando a su familia ya que además vivía enfrente de la iglesia. “Siempre digo que Dios estuvo conmigo porque nunca tuve la necesidad de hacer cosas malas”. En la iglesia abrieron un grupo juvenil del que Fello participó, pero el párroco se marchó y el nuevo sacerdote canceló lo que se había formado. 

Fello seguía yendo a misa y un día se encontró a un amigo suyo de infancia. Nacieron el mismo día, el mismo año. Le dijo que tenía una invitación para él y era participar de otro grupo juvenil. Insistió a lo largo de dos meses para que le acompañara. Aquí la música ya estaba presente. Barranquilla es una ciudad espontánea y alegre y el amigo de broma le dijo de nuevo que fuera que iba a conocer chicas guapas. 

“Cuando llegué al grupo estaban cantando una canción de alabanza. Cuando escuché esa canción me dije que quería cantar así como ellos”, explica. Lo que más le gustaba era la alabanza. La música fue lo que le enganchó. Un día faltó el que tocaba la guitarra y participó él repitiendo la misma canción todo el tiempo. En ese momento Fello le propuso a su amigo formar un grupo. 

Puedes seguir a Fello aquí: https://www.instagram.com/fellomusica/?hl=es