Testimonio de conversión: Del protestantismo a conocer a Dios en la Eucaristía

Jul 30, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Andreu Salinas es diácono transitorio de la diócesis de Barcelona. Fue ordenado hace poco en la Solemnidad de San Juan. Andreu tiene 28 años y nació en el seno de una familia protestante. Nació en una iglesia protestante. Su vida siempre estuvo vinculada por una vivencia familiar y comunitaria con los hermanos de la iglesia. Su vida con la familia fue avanzando, creciendo, acudió a buenos colegios dónde se le inculcó el amor a Jesucristo. 

Pero a los 8 años se hizo la gran pregunta: ¿Qué Dios estoy manifestando a través del culto y la vida, a qué Dios me estoy entregando? “Me hizo entrar en una crisis vital, vocacional. Este Dios no es el Dios que me toca el corazón. Dejé de lado así la vivencia eclesial dentro de la iglesia protestante”, recuerda. Así comienza un camino con su afición al ferrocarril, a la mecánica y a la ciencia. 

“En mi taller comienzo a construir trenes para entretener a la gente. Empecé a tener una curiosidad cada vez mayor por la ciencia”.  Más adelante en su temprano de la adolescencia, se centró mucho en el ámbito académico, le gustaba mucho el estudio. Llenaba su vida y su ser. Su adolescencia se centraba en estudiar y seguir creciendo hasta que llegó en su vida el mundo de la política del que todavía tiene muy buen recuerdo. “Estuve como concejal desde los 18 a los 22 entregado a la vida pública. El partido del cual yo formaba parte iba a virar en entrega también a los ciudadanos, ese interés fue llevado a los intereses personales y eso me desanimó mucho”. 

Su vida de fe en el mundo evangélico sufre una crisis por el sentido y la existencia del ser de Dios. “En este proceso de intentar dar razón de mi fe, entro en crisis. También por tradición familiar nunca había tenido contacto con la iglesia católica, nadie me había explicado cómo funcionaba esta iglesia católica”. 

Reconoce que la crisis hizo apartarse de la iglesia pero nunca apartarse de Dios. De alguna manera, se fabricó un Dios a su estilo. Aprovechó esta crisis para conocer a sus hermanos de la iglesia católica. “Me daba vergüenza entrar en una iglesia por desconfianza. En la iglesia evangélica cuando se presenta un nuevo miembro, la comunidad se cuida mucho. Pensé que si iba a una iglesia católica me tendría que presentar”, sostiene. 

Un día acudió a la catedral para ver cómo celebraban. Entró en la catedral de Barcelona sin mucha esperanza de encontrar ninguna llamada de Dios. Estaban celebrando una sencilla misa dominical. Andreu tenía tan sólo 11 años y se sentó en el último banco no sabiendo nada de lo que hacía. Desde ese último banco observó la belleza de la liturgia manifestada por la música y las oraciones. “A mi Dios se me apareció. Fue una manifestación muy sencilla. A través de un trozo de pan y vino me habló como nunca me había hablado”, explica.

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