Baruc Chapa tiene 19 años y es de Monterrey. Su testimonio comienza desde casa, en su familia no está muy unida a la iglesia. Sólo él es la única persona que asiste a la iglesia y a la Eucaristía. “Le pido mucho a Dios de que en algún momento se acerquen”. Actualmente lleva ministrando en la iglesia 8 años. Casí una década al servicio de Dios. Comienza en este caminar a los 12 años. 

“En la casa donde vive es la casa de mi abuela, con mi padre. Mi madre decide abandonarme con mi hermano y mi padre”, explica. A través de este golpe duro del abandono de la madre, no llegó ni a desviarse del camino ni con drogas, ni nada malo. “No tenía ni la Primera Comunión, no sabía que significaba ser de la iglesia, conocía a la Virgen y los santos pero sólo eso”, cuenta. Se preguntaba por qué le estaba sucediendo esto en la vida. “Estoy convencido que si no fuera por esto que ocurrió en mi vida no hubiera indagado ni me hubiera acercado a la iglesia, Dios me impulsó a vivir un encuentro con Él”, sostiene. 

Seguía viendo a su alrededor familias felices, con sus madres. “Fue un proceso muy largo porque mientras vivía en la casa de mi abuela, había diferentes iglesias no católicas, sectas y dos de ellas organizaban siempre unas escuelas de verano. Nunca incluían a la Virgen”. No entendía por qué la Virgen no formaba parte de estas religiones que era fundamental en la historia de salvación. “Iba porque había actividades y juegos. Aún así sentía que necesitaba algo más. No había imágenes de santos, era diferente, no era algo para mí”. 

Donde vivía siempre había un mercado que vendían diferentes productos. Como era muy niño y quedaba algo retirado de su casa, siempre iba acompañado de una catequista, acudía con ella con muchas ganas de ir. “Un día coincidía que se celebraban las fiestas de la parroquia de la comunidad. Ese día no pudimos ir al mercado porque había una peregrinación y la catequista me invitó a que fuéramos juntos”. Estando en este inicio del camino de la fe, los formadores se dieron cuenta que Baruc estaba muy avanzado en la formación. Se unió a Acción Católica Mexicana, empezó a militar ahí. Vivía su Semana Santa de manera diferente. 

En la pandemia en vez de quedarse estancado siguió evangelizando. “Decidí compartir el evangelio, como la gente podía volver a creer y confiar. A decirles no caigas, no desfallezcas. Todas las noches rezaba el rosario”, explica.

¡No te pierdas este precioso testimonio!

Puedes seguir el apostolado de Baruc aquí: https://instagram.com/baruc.chapa?igshid=YmMyMTA2M2Y=

En Tik Tok aquí: https://www.tiktok.com/@baruc.chapa?lang=es