Testimonio de conversión: De las heridas del corazón a firmar un cheque en blanco al Señor

Abr 23, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Ángela es de Colombia y se dedica a la terapia psicológica. Hoy viene a compartirnos su historia de amor con el Señor que se remonta a quince años atrás. Viene de una familia maravillosa, que considera un don inmerecido del cielo. Sus padres son unas personas amorosas que le inculcaron la fe. A los 14 años empezó a tener crisis existenciales fuertes, se preguntaba qué sentido tenía la vida. “Percibí un vacío muy grande en mi vida a pesar de que no me faltaba nada en lo personal, sentía que la vida era muy monótona, cíclica”, reconoce. No disfrutaba el momento presente. Ese vacío le hacía sentir muy mal consigo misma, no comprendía por qué se sentía así. En esa crisis existencial surgen muchas preguntas en su vida. 

En ese momento conoce un movimiento eclesial muy bonito. Era curioso porque anteriormente estaba alejada de estos ambientes, no le cautivaba nada que tuviera que ver con grupos de la Iglesia. “Esta familia espiritual respondió muy bien a lo que yo necesitaba en ese momento. Sentí que mi vida pasó de un blanco y negro a una aventura llena de color”, comenta. Experimentó un verdadero gozo, le enseñaron a rezar el Rosario y visitar al Santísimo. 

Fue acompañada por un grupo de laicos consagrados. Ellos fueron quienes le acompañaron. En ese primer momento tuvo un un episodio de quiebre. “Recuerdo estar en la capilla. Tenía una certeza muy grande y profunda de que Jesús había dado la vida por mí. Entendí lo que implicaba esto en mi vida y no paraba de llorar”, sostiene. Su vida había recobrado un sentido enorme. Se sintió amada y experimentó mucho agradecimiento. Tenía la certeza que esa alegría que le habían donado nadie se la iba a poder arrebatar nunca. A sus 15 años firmó al Señor un cheque en blanco. “Quería servirle. Encontré este tesoro que todo ser humano pasa la vida buscando. En los momentos difíciles esto me da mucha fuerza”. 

Hizo discernimiento vocacional con las consagradas. Finalmente descubrió que ese no era su camino y más adelante conoció a un chico muy virtuoso, al menos al principio. Hubo un momento en la relación que su pareja no estaba seguro de la relación que tenía con ella. “Esa experiencia me quedó en el alma. Quería basar esa relación en mi propia fuerza y esto me hizo aprender mucho”, comenta.  Después de esta relación, salió muy herida, miraba su dolor y se enfadó de alguna forma con el Señor pero nunca se llegó a alejar del todo porque se aferraba a aquella preciosa experiencia vivida a los quince años. “Le decía, Señor sólo te pido que estas lágrimas den su fruto en algún momento. Él me estaba preparando”, comenta. 

¡No te pierdas esta preciosa historia! Puedes seguir a Ángela aquí:
https://www.instagram.com/angelatrujillo.co?igsh=ZXV4MmxvcHdybTU4

¿Te ha gustado este artículo?

Ayúdanos a seguir creando contenidos católicos

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados