JuanCa es colombiano y es estudiante de Teología del Cuerpo. Nos viene a contar cómo la grandeza del amor de Dios puede ser una donación a los demás. Tuvo la fortuna de crecer en una familia católica, con mucho amor y afecto. No le faltaba nada en cuanto a cosas materiales y siempre hubo un deseo por sus padres de que se sintiera valioso. Le inculcaron que se tenía que hacer respetar. 

Empezó el colegio y por su estatura tenía ciertas situaciones de bullying pero JuanCa siempre tenía presente las palabras de su madre. En esa infancia tan linda poco a poco cuando la fe no está cimentada se fueron alejando. “Fuimos empezando a alejarnos de manera gradual e inclusive ya íbamos a misa cada 15 días hasta al final no ir. Tuvo repercusiones en mi vida”, explica. Siempre que tiene memoria tenía una tendencia fuerte al esoterismo, a lo sobrenatural. Cuando era pequeño le gustaba ver películas de vampiros y monstruos. “Era un niño y estas cosas se veían normal. 

Estas películas las veíamos juntos”. Su deseo era ser vampiro. Desde el 1 de octubre hasta el 31 se disfraza de vampiro todos esos días. Estaba tan metido en el cuento que un día se tiró desde la habitación pensaba que podía volar. “Ese gusto siguió creciendo, de ver ese tipo de películas y si alguien estaba hablando de este tema él se quedaba a escuchar. Tal es así que por la noche de madrugada se quedaba viendo programas de ufología con su padre. No tenía ningún tipo de temor y miedo. “Mi familia siempre fue muy buena en el sentido afectivo y económico. Íbamos a una juguetería y si quería por ejemplo un lego me lo daban”.

Todo cambió cuando tenía 10 años y es que la economía de sus padres cayó y ya no le podían dar los caprichos que quería y tampoco podían salir a comer como antes fuera. “Experimenté unos dolores de cabeza muy fuertes al punto en que llamaba a casa para que me recogieran del colegio. Todos los escáneres salían bien y empecé a tener episodios depresivos, me sentía como triste y con un sinsentido”, recuerda. 

Estos episodios de llorar lo experimentaba habitualmente. No era producto del nivel económico de la familia ni nada, era algo más profundo. A la par con la crisis económica JuanCa empezó a vivir en su casa experiencias sobrenaturales, de sentir ciertas presencias y de sentirse observado. Este fue el detonante, y se lo contó a su madre. “Quizás estábamos siendo víctimas de la brujería, fue a la conclusión que llegamos la familia. Al no tener la conciencia de los sacramentos, de la conversión, contraatacaron este mal con más mal. Y empezaron a practicar la santería. Utilizaban imágenes de María, de Dios pero a la par con velas, con baños”, sostiene. 

¿Quieres conocer el final de este testimonio? ¡Te impactará, no te lo pierdas! Puedes seguir a JuanCa y su apostolado aquí: https://www.instagram.com/juancatdc/?hl=es