Mariana Cordero es de Costa Rica y tiene un apostolado llamado Totus Tuus. Ella pudo ver a Dios a lo largo de su historia. Nació en una familia católica practicante. Le enseñaron a rezar el rosario y siempre lo rezaban juntos.  Es una tradición muy bella. “A través del Rosario empiezo a tener una relación con la Virgen”, explica. Su apostolado va precisamente de su propia experiencia con la Madre.

Siempre le enseñaron sobre la importancia de los sacramentos y la oración. Existe una emisora en Costa Rica católica que anunciaba siempre que la familia que reza el rosario permanece unida. Esto Mariana lo sabe. Y es que hoy en día la mayor parte de la familia no tiene esa semilla de la fe. 

Todo el mundo desde fuera podría decir que la familia de Mariana tenía una vida perfecta. Pero en todo momento de la vida de fe siempre existe el momento de la tentación. Llegó la adolescencia y con ello todos los cambios físicos y emocionales que conlleva. “Empiezas a querer encajar con los demás para no quedarte atrás”. Tenía claro los valores que desde su familia le habían inculcado pero en esa novedad por conocer gente nueva todo eso puede tambalearse en cualquier momento. “Empiezo a tener amigos que hacían cosas que no estaban bien”, reconoce.

Las compañeras que tenía ya tenían novios, relaciones sexuales, y todo este panorama se veía normal. En casa de Mariana siempre se habló de la castidad, de la pureza, de no tener relaciones de noviazgo simplemente por tenerlas. Pero todos en algún momento de su vida pasan por algún momento de rebeldía. Reconoce que hay muchas cosas de las que el Señor le libró como las adicciones o las relaciones sexuales. Si entró en la desobediencia de querer tener novio a toda costa. 

Recuerda a su madre como a Santa Mónica con San Agustín. Pero gracias a las oraciones de su madre, Mariana siente que su alma no se perdió. Así, comienza a tener un novio tres años mayor. La gente le decía que la quería sólo para presumir. Aún así, hacía oídos sordos a todo esto. “Hubo un momento que hubo tocamientos conmigo, ahí ya vi que esto no era bueno y dije hasta aquí”. Tocó fondo y fue cuando se dio cuenta el tipo de persona era su novio y que sus padres por supuesto, tenían razón. Regresó a casa con mucho asco. Se sentía mal consigo mismo porque sabía perfectamente el concepto de lo que significaba el pecado. 

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Puedes seguir su apostolado y su trabajo aquí: https://www.instagram.com/totus.tuus.arte/?hl=es