Testimonio de conversión: De la Nueva Era al amor de Cristo

Ago 14, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Ana María, Aina para los amigos viene a contarnos su testimonio sobre la Nueva Era. A los 14 años comenzó a conocer el yoga, al principio era conocido como un ejercicio físico y de relajación. En aquel momento no había internet como para consultar este tipo de prácticas y al mismo tiempo Dios tampoco estaba presente en su vida. Siente que Dios nunca la ha dejado que profundiza mucho en estas disciplinas.

“Hace cuatro años lo dejé. Iba a hacerme profesora de yoga en aquel momento. Tenía visto un local y tenía un maestro”, explica. En estas clases recuerda cómo tenía discusiones al hablar de un Dios que lo presentaban como una energía cósmica. La primera vez que viajó a Medjugorje tuvo una conversión tan fuerte que le dió un sí al Señor bajo todas las consecuencias. Le explicó lo que iba a practicar a un sacerdote carismático que allí conoció y él le pudo explicar todo lo que conllevaba el practicar yoga. “En ese mismo momento le dije a mi profesor que renunciaba. Pero más tarde también conocí el reiki. Mezclan la sanación, las piedras”, sostiene.

Cuando una persona hace ese tipo de invocaciones, puedes abrir puertas poco adecuadas. “Cuando entras en una práctica de estas, el diablo es listo y al principio funciona, cuando ya has caído te tira al pozo”. Recomienda que todos aquellos que han practicado este tipo de disciplinas es necesario acudir a un sacerdote. 

“En estas prácticas no existe Dios, no existen los sacramentos, el católico acepta la cruz para su salvación. Jesús ha dado hasta su última sangre por nosotros. No existe la relajación y la paz fuera de Jesús. Estas prácticas te llevan a un vacío y te esclavizan”. Aina, buscando en algo superior a ella, se confundió de camino en ese momento. “Dios no es una energía, es un padre, todo lo contrario a lo que la Nueva Era nos quiere traer. La Nueva Era la trajo la masonería”, comenta. 

“Cuando le pregunté a este sacerdote, me dijo que me saliera inmediatamente. Aunque hagan cosas buenas, no lo están haciendo en nombre de Cristo. El Señor sólo quiere tu Sí”, sostiene. Y es que en los Sacramentos está lo esencial. Así con la Eucaristía, con la Adoración, uno puede relajarse como bien explica Aina.

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