Leydy Acevedo es una joven colombiana terapeuta y hoy viene a contarnos su testimonio de conversión. Su camino duró siete años y fue a través de revelaciones y sueños como pudo avanzar en su propio proceso. Y es que Leydy aprendió que aunque llevemos un camino erróneo, también el mal es controlado porque “Dios es misericordioso”. En el año 2015 ejercía como modelo y trabajaba con videos comerciales. La parte espiritual no la tenía cubierta. Tenía mucha libertad por la bonanza económica que además le reportaba su trabajo. Salía, entraba y tenía una intensa vida social. “Mi conversión estuvo guiada por sueños y revelaciones”, comenta. 

Por más que comprara ropa y que viviera el éxito de esa manera, cuando llegaba a casa sentía un gran vacío interior. En medio de este proceso empezó a vivir sucesos paranormales. Así fue pasando el tiempo y al finalizar ese año Leydy tomó la decisión de hacerse una cirugía plástica. Esta operación fue tan fuerte que quedó enferma a lo largo de cuatro años. Ese entorno que ella vivía que vivía por y para su físico ya no podía retomarlo. 

“En medio de la cirugía, tenía visiones de cosas celestiales. Mi primer encuentro fue con la Virgen. Pensaba al principio que era fruto más del inconsciente”, reconoce. Ese domingo tuvo un sueño y era que dos hombres adultos entraban en su habitación y le echaban un agua, en ese agua estaba el reflejo de la cara de la Virgen. En el periodo del hospital todavía tenía una gran soberbia pero esta soberbia empieza a diluirse cuando un día le pide a Dios que le ayuda, se arrodilla ante él. Se rinde.  

Leydy habla con el doctor y le pide que le volvieran a reconstruir el pecho ya que era lo único a lo que se podía dedicar. Eso era lo que sentía. En cada anestesia que tenía sentía y experimentaba un sueño diferente. De nuevo le dan la noticia de que había contraído la misma bacteria. Ese día el pensamiento que le rondaba en su cabeza era el de irse de este mundo. Así, acude al psicólogo y el mismo psicólogo le recomienda reconectar con un nuevo propósito en su vida y con Dios.

Retomando el estudio empieza a interesarse por el tema de la hipnosis clínica, la programación neurolingüística, todo esto le llevaba al control, a un control más desde la parte intelectual. “Empecé a conocer libros de metafísica, ocultismo. Supuestamente empecé a tener dones”. 

Para querer adquirir más sabiduría tomó la sustancia de la ayahuasca que le provocó un brote psicótico. Esa soberbia que ya tenía aumentó más si cabe. Un día se levantó en su máxima expresión de tranquilidad, pero por otro lado sus sueños seguían siendo sueños que más tenían que ver con una batalla espiritual. “Un día sueño que estoy en una discoteca. Entra un hombre con una bata y le mira la mano diciéndome que venía a bautizarme. Me dice que era una buena persona que me conectara con eso. Pero le rechazo”. A partir de ese momento sus meditaciones ya no eran normales. Así pasa el tiempo y llegó el momento de poder poner su consulta. Pero nadie acudía a sus citas. “Empecé a hacerme baños pero nada resolvía”. 

“En sueños se me presentó la Virgen y me dijo que fuera a la Iglesia”. Al día siguiente acude a misa muy confundida. Una monjita que estaba allí la invita a consagrarse a la Virgen. Nunca había hecho un rosario pero ese día sólamente le pide poder ver con claridad el camino que debía seguir. 

¡No te pierdas este impresionante testimonio!

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