Hector García es un cantante católico nacido en México y desde los 18 años se fue a vivir a los Estados Unidos. Tiene una esposa y llevan 25 años casados con tres hijos. Nació en una familia que no vivió un catolicismo fuerte, sino más bien una religiosidad. Así era Héctor, no conocía nada de su fe, la persona que le introdujo más en el camino de la fe fue su abuela. Llega a Estados Unidos en circunstancias difíciles ya que estaba en un momento complicado a nivel personal. Sus padres se habían separado y guardaba resentimiento con su padre. 

El llegar a Estados Unidos le hizo alejarse todavía más de Dios. Su abuela, la que siempre le impulsó en la fe, falleció y eso también le parte el corazón. Al poco tiempo de estar allí conoce a su esposa y se casa. “Empecé con una adicción a la pornografía que ya llevaba arrastrando y a punto estuve de separarme de mi esposa”, explica.

Mi madre me pidió que fuera a un retiro y cómo su esposa acudió al final terminó animándose. “En ese retiro le pido a Dios volverme a enamorar de mi esposa”. Lo fuerte todavía no había llegado, que era enamorarse y descubrir a Cristo. De la fe, Héctor no tenía ni idea, ni conocía siquiera la Biblia. Dios era un desconocido para él. “Fue un retiro muy fuerte. Llegando a ese retiro empezaron a cambiar las cosas”. Lo primero que se dió cuenta en el retiro es que no era la persona que creía. 

“La primera cosa fuerte que me ocurrió en el retiro es que llega un momento en el que me quedo cansado de llorar. Allí en ese momento me empieza a pasar algo extraño, cierro los ojos y me empiezo a calmar. Cierro los ojos y veo nubes y flores de cuatro hojas. Veía a mis hijos y a mi esposa en un jardín, vi a mi abuela y a Jesús vestido de blando”, recuerda. Había muchas vestimentas blancas. Cuando veo eso, no entendía lo que había ocurrido pero tenía la certeza de que Dios existía. Comienza a leer la palabra de Dios y comprueba que es verdad que existe algo más que nos está esperando. “La primera lectura que leí tras ese momento fue la transfiguración del Señor”. 

Le empiezan a pasar cosas muy fuertes que le empiezan a llenar de una tristeza grande. Un día se mira en el espejo y empieza a escuchar una voz que se burlaba de él que le decía mírate, si antes te veías muy bien. “Por un lado escuchaba esa voz y por el otro escuchaba otra que me decía: ten fe. En ese momento le dije, no sé quién eres pero no quiero ser la misma persona de antes”, recuerda. 

¿Quieres conocer cómo termina esta impresionante historia de conversión?

Puedes seguir a Héctor y su apostolado aquí: https://instagram.com/hectorgarciaphoenix?igshid=YmMyMTA2M2Y=