Testimonio de conversión: De la herida del abuso al perdón y conversión de su familia

Mar 8, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Natalia Henao es madre, esposa y misionera. Lleva en este proceso de caminar en este camino con el Señor desde hace doce años. Tiene mucha ilusión de contarnos las maravillas del Señor. Conoce cómo el Señor ha obrado fuertemente en su vida. Natalia es la mayor de los hermanos. Su madre era una católica light y su padre era un hombre apático ante las cosas de Dios. Su madre era la que se encargaba de llevarlas a misa, pero sin más. Su padre, era una persona alcohólica y cuando era pequeña fue víctima de un abuso por parte de alguien cercano a su familia. Sucedió cuando tenía ocho años e hizo que su familia se dividiera por completo. “Mi madre y yo generamos un odio muy grande en nosotras. Este odio lo cargué durante mucho tiempo”, explica.

Con 14 años en su colegio había una niña que llevaba una vida muy desordenada y de un día para otro la vió cambiada por completo. Esta nueva actitud sorprendió a todos los compañeros. En el tiempo de descanso tuvo la oportunidad de acercarse a ella y preguntarle qué le había ocurrido. La respuesta de ella fue que había conocido a Dios y que este despertar ocurrió en un retiro. “Me contaba cómo había vivido este proceso y cómo encontró a su novio y vivían en castidad”, explica.

Se animó a ir a un retiro y este retiro fue el primer paso para acercarse al Señor de nuevo. Era una persona de corazón duro por todo lo que había vivido. En este retiro realizaron una actividad para perdonar. Natalia hizo ese paso a perdonar pero en realidad sintió que no había perdonado de corazón. “Cerré de nuevo los ojos y comencé a llorar lo que nunca había llorado en mi vida. 

Experimenté una sanación muy profunda”. A partir de ahí sintió el peso de una pluma, mucho más ligera de carga. “Me sentía liviana, me sentía otra persona por completo”. Así inició su proceso de perdón.  De esta forma vuelve al mundo y cayó mucho más fuerte y en dos años se volvió a alejar fuertemente de Dios. “Decidí alejarme y comencé a salir de fiesta. Me gustaba mucho la música de reggaeton y eso me hizo mucho daño. “Conocí malas amistades, compañías, malos noviazgos. Llegó un punto en que Dios no me importaba para nada”, sostiene.  Un día se enteró que un amigo suyo estaba pasando por un momento muy delicado. Le recomendó ir a ese retiro que tanto bien le había hecho a ella. 

¡No te pierdas este precioso testimonio de conversión!

Puedes seguir a Natalia aquí: https://www.instagram.com/nataliahenaoga/

¿Te ha gustado este artículo?

Ayúdanos a seguir creando contenidos católicos

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados