Carlos estudió económicas y trabajó en una multinacional durante muchos años que llevaba marcas muy importantes a nivel nacional e internacional. Su vida profesional también fue de la mano de la educación ya que como profesor de la universidad daba clases de marketing.
Él iba a veranear mucho al Santuario de Torreciudad, un sitio de mucha paz. “Me sentía atraído porque se rezaba muy bien, se descansaba muy bien y podía hacer mi pasión que era el montañismo”, explica.
En el año 2016 siendo todavía profesor en las Islas Canarias, un día recibe una llamada para proponerle si quería ir a trabajar al Santuario de Torreciudad. “Mis padres me han inculcado una cultura muy mariana”. Por lo que la posibilidad de trabajar en un sitio así le atraía mucho.
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