Athziry Rios es originaria de México, actualmente se encuentra sirviendo en un apostolado de hombres. Es catequista en su parroquia preparando a los niños en la confirmación. Es nacida en Estados Unidos pero cuando tenía 3 años sus padres regresan a México. Su familia materna todos son católicos por tradición. No se consideraban muy practicantes pero su abuela materna sí, era de rosario diario. Desde que eran pequeños su madre los llevaba a la Iglesia, desde pequeña fue al catecismo al igual que su hermana. Su familia paterna gran parte son Testigos de Jehová. Muchos se consideran no creyentes. “Crecí en estos dos ambientes. En estas dos partes de ver a Dios”. 

Su madre estaba muy preocupada de que su hija tomara los sacramentos. A la vez crecía muy al lado de su abuela materna que era Testigo de Jehová. En aquel momento no era consciente de que estaba en dos mundos distintos. Acompañaba a su abuela a las reuniones de los Testigos de Jehová. “En aquel entonces, era pequeña y no tenía formación. Sin embargo mi madre me decía que no le gustaría que fuera Testigo de Jehová”. 

Algo que disfrutaba mucho era acompañar a los Testigos de Jehová al campo, que era tocar puerta por puerta. Le gustaba hablar de Dios, conocer a gente y estar metida en ese ambiente. “Era misionar, salir y evangelizar junto con los Testigos de Jehová y mientras tanto en el catecismo era un ámbito más formativo y en ese momento más aburrido para mí”, reconoce. En el lugar dónde vivía, un sacerdote llama a un grupo de misioneros para hacer un retiro para jóvenes. Recuerda cómo su prima la invita a un retiro. 

“Lo único que sabía era que amaba a Dios, me encantaba escuchar de él aunque no lo conocía mucho”. Su prima que la veía en estos dos espacios le informa que iba a venir un grupo de misioneros y le insistía en ir a este retiro. El límite de edad para ir a este retiro era de 15 años y ella tenía 11. “En ese entonces aparentaba más edad. Entré al retiro pensando que tenía más edad”. Estaba emocionada de escuchar hablar de Dios y de la Virgen en el retiro. Recuerda lo feliz que estaba de escuchar las charlas. “Hubo un momento muy especial en mi relación con Dios y es la conversión. Cuando estábamos en el retiro estaba con mis amigos y con el chico que me gustaba. Exponen al Santísimo”, explica. Ella se puso atrás del todo porque no se podía confesar. “Exponen al Santísimo. No conocía bien la Eucaristía. Había construido una definición propia, sabía que era un símbolo, así lo entendía”. 

¡No te pierdas este impresionante testimonio! Puedes seguirla aquí: https://www.instagram.com/athziry_r8/