Testimonio católico: Jesús liberó su corazón a través de la mayor gracia

Ago 16, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Susana Ayala es mexicana y actualmente reside en México. Es consagrada desde hace 27 años. A los 26 años se consagró en el movimiento del Regnum Christi. Pero, ¿cómo nació esta inquietud para seguir al Señor? Muchos pueden pensar que dejas atrás sueños, familia y tantas cosas. “Estuve discerniendo durante bastante tiempo. Sentía que había un llamado incluso en mi juventud. Tenía un deseo muy grande de servir a los demás”, explica.Y es que se apuntaba para cualquier servicio de catequesis, quería probar de todo en cuanto al servicio. Había encontrado a Jesús en los últimos años universitarios. 

El Señor se valió para sembrar una inquietud cuando ya hizo la Primera Comunión. Cuando tenía 9 años recuerda estar hincada en ese momento de rodillas. “Al presentar el cáliz y decir las palabras. Mi forma de entenderlo era en primera persona, esa sangre era la sangre que yo también tenía que derramar. 

¿De qué manera derramaré mi sangre?”. Necesitaba una respuesta. Pasaron los años y un día en una misa, escuchó esas mismas palabras y cayó en la cuenta que es Jesús quién derrama su sangre. “El martirio es una gracia y creo que me queda grande pero siento que se derrama la sangre de muchas maneras por los demás”. 

El proceso de discernimiento recuerda que fue duro porque sí quería ser de Dios pero no quería renunciar a tantas cosas. “Fue una gracia. Dolió mucho pero lo que llegó con esta entrega me ha dado muchas satisfacciones. Hoy puedo decir, quiero seguir siempre a Jesús. Es una vida hermosa”, sostiene. 

Al consagrarse hubo mucha seguridad pero no dejó de presentarse pruebas. Se lamentaba de vez en cuando y era como un grito lastimero. Qué tremendo fue renunciar al amor humano. “Era un lamento que regresaba de vez en cuando. Al ver a familias bonitas estas lamentaciones venían. No me detenía en ellas pero estaban presentes”. Tras 14 años de consagrada en aquel entonces, en el año 2010 fue a unos retiros de mes que solían hacer. “Me dediqué enteramente al retiro. Venía de estar trabajando una crisis que había comenzado el año anterior. Una directora espiritual me acompañó muy bien y me comentó que tenía que tener acompañamiento porque podía perder mi vocación.

Y es que reconoce que no tenía una intimidad con el Señor. Le bastaba la entrega a los demás. Lo que realmente tenía era una crisis existencial. “El Señor me bendijo mucho, para este verano ya estuve fuera de esa crisis”. Así, ese año entró en contacto con la Teología del Cuerpo. “Lo recibí como una enseñanza teórica pero que no bajó al corazón”. Se le despertó un interés sobre este tema de nuevo. Acudió a un congreso sobre este tema y veía que había mucho más y que influía en muchos ámbitos de la fe. Sin Susana esperarlo, Jesús le concedió la gracia más importante. “Estando en oración, pude experimentar al Señor de forma muy sensible. No lo podía entender y el Señor me lo resuelve. El tiempo y la gracia de Dios me va calando hondo. Fue una experiencia de intimidad con Él, de amor y de entrega. Me quemaba un fuego por compartir esto”, refuerzo. El Señor se lo quiso dar pero no por ser consagrada sino que era un regalo que quería hacer a todo el mundo. 

Puedes seguir a Susana y sus formaciones aquí: https://www.instagram.com/susanaayalanajera/?hl=es

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