Alicia Beatriz está casada y tiene 6 hijos. Es profesora de Religión Católica. Nació en una familia católica practicante. Es la segunda de cinco hermanos. Pertenece al Camino Neocatecumenal. Ahí tuvo una fuerte formación cristiana. Ha participado en muchos encuentros de jóvenes. Antes de casarse pudo ver a Juan Pablo II y Benedicto XVI. “Toda la fe que tengo y toda mi vida ha sido fruto de vivir esta formación en la fe que me han inculcado mis padres, he estado sostenida siempre por mi comunidad. Rezamos en familia”, explica. 

En su etapa de juventud tuvo más rebeldía de salir. Pero el haber estado en la iglesia siempre la ha preservado de esa fe. Se marchó a vivir a otra ciudad y ahí comenzó otra  etapa en su vida. Pudo comenzar su formación en otra comunidad neocatecumenal. Enseguida llegó el primer hijo, el segundo. “Al principio vivió una etapa de dificultad en el matrimonio pero Dios nos ayudó en el matrimonio a estar unidos y perdonarnos. Si no hubiera estado en la iglesia ahora estaría separada seguramente porque por mí misma no hubiera sido capaz” sostiene. Dios les dió discernimiento para educarlos y transmitirles la fe. Al poco de casarse empezó a trabajar de maestra de educación. “Me gusta mucho la educación. 

Comencé a hacer Ciencias Religiosas a la vez que tenía a mis hijos y el servicio propio de la Iglesia”, sostiene. Le gustaba mucho la formación sobre la afectividad sexual. Le llamó la atención un tema que salió en ese momento que era la ideología de género. “Veía que el problema principal de los que caían en este engaño era la falta de tener un sentido en la vida. En este trabajo de final de máster expuse este tema. Puse cuál era el origen de esta ideología”. 

“La ideología de género no tiene sustento científico. Al terminar el trabajo vi que tenía que tener frutos y así escribí un libro sobre este tema”. Abrió una página web dedicada a estos temas. Enseguida se dió cuenta que esta ideología era una pata dónde se abrían otros caminos como el aborto o la eutanasia. Todas estas ideologías y principalmente la de género era un ataque al cristianismo. “Papas y otras personas han ido alertando hace años que esto es un ataque directo. Dónde se quiere apartar a Dios y que prevalezca el superhombre de Nietzsche. Bajo la bandera de la libertad que en el fondo es un libertinaje”. Comenzó a meterse en el mundo del activismo. Estuvo un tiempo en la asociación Libertas y en la asociación Enraizados en Cristo. 

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