Testimonio católico: Curó las heridas de abusos a través de la mirada sanadora de Jesús

Mar 13, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Luis Pedro Fernándes es de Guatemala, tiene 30 años y es abogado y notario. Wipe como se hace llamar en redes cuenta que su identidad no se basa en sus experiencias, ni siquiera en su profesión, si no que va más allá. “Esto ha sido algo que a lo largo del tiempo se ha ido construyendo”, cuenta. Y es que muchas veces su identidad se llegó a basar en sus secretos y en lo que había vivido. 

Su padre es ingeniero agrónomo, un hombre muy simpático y todo el tiempo anda sacando risas a la gente. Su misma profesión le hace a su vez tener un fuerte carácter al punto que hasta tiene que medicarse para rebajar esa energía. En el caso de su madre, es ingeniera industrial, esto lo que implicaba que al ser una mujer exitosa pasaban tiempo ambos fuera de casa. 

“Mi madre es capaz que el tiempo se detenga, le es muy fácil apreciar lo que ve, es muy espiritual, tiene su grupo de oración”, recuerda. También tiene dos hermanas. La relación como hermanos es bastante cercana pues su historia familiar lo que ha hecho es unirles. Y es que esta historia familiar tiene un por qué detrás y una misión detrás.  Como sus padres trabajaban mucho, las empleadas del hogar eran las encargadas de ellos, de darles de comer, llevarles al colegio y demás tareas. Recuerda cómo sus padres también tenían una relación, pero una relación muy particular. Eran católicos pero católicos light, no había un compromiso, no existía una relación con Dios. 

“Recuerdo cómo las empleadas del hogar nos encerraban en el armario, nos pegaban, o nos tiraban un loro para que nos mordieran. “Nunca se lo comenté a mis padres, la violencia física no era solamente, sino, había violencia psicológica. Recuerdo un día cuando la empleada pone la telenovela, nos sienta y me lanza la propuesta de imitar lo que aparecía en la telenovela que era besarse. Recuerdo estar encima mío y yo debajo de las sábanas”, explica. Era sólo un niño. Tenía mucho miedo y vergüenza y no se lo comentó a sus padres en aquel momento. Lo único que les dijo es que las empleadas les pegaban. Contratan a dos nuevas y ocurre lo mismo. 

“Era un niño abusado a los 6 años de edad, así comienza a sexualizar mi vida con tan poca edad. Parece como que era yo el que buscaba eso, hubo mucha culpabilidad. Me amenazaban que o me dejaba tocar o sino tocaría a mis hermanas”, explica. “Me sentía como un prostituto y a todo esto en secreto, sentía una culpa gigantesca dentro mío”, sostiene. Y con todo esto le viene la pregunta de quién eres, cuál era su identidad. 

Llegó la adolescencia y cuando veía a sus amigos adentrarse en temas pronográficos a él no le era nada nuevo todo eso. “Intentaba aparentar una fachada de chico puritano y perfecto. El tema está en que cuando sobresexualizas a un niño, qué vas a esperar de mayor!”, explica. 

Por lo que en esta etapa empezó a buscar relaciones sexuales tanto con hombres como mujeres. Cuando entra en el último año de colegio, sus padres se separan y su madre le denuncia por violencia psicológica. Pasa el tiempo y todo el desorden sexual de su vida continúa. 

¿Quieres conocer cómo termina esta historia de amor? ¡No te la pierdas, te impresionará! 

Puedes seguir sus charlas y conferencias aquí: https://www.instagram.com/wipe_fernandez/?hl=es

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