Testimonio católico: Confió en el plan de Dios tras la pérdida familiar

Oct 1, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

A Jesusa García Sánchez la bautizaron una mañana temprano por las persecuciones que había en aquellos años. Acudió su madre, una amiga de su madre que era su madrina. Pasaron los años y Jesusa hizo su Primera Comunión como tantos otros niños. Siempre se consideró que formaba parte de la Iglesia Católica y además se podría decir que era practicante. 

“Escuchábamos en Semana Santa los ejercicios espirituales y formaba parte de Acción Católica”, recuerda. Así fue creciendo en la fe y en la vida. Cuando llegó a una etapa de tener que tomar decisiones importantes, Jesusa se sentía llamada al matrimonio. Pero, en ese momento su relación con los hombres era bastante difícil porque era muy tímida y reconoce que tenía un concepto de lo que estaba bien y lo que estaba mal y casi todo en esos años estaba mal. 

“Tenía siempre mucho miedo porque pensaba que se iban a aprovechar de mí en una palabra”. Pero, como el Señor es misericordioso reconoce que le tenía preparado al marido ideal. Tuvieron cuatro años de noviazgo. Su marido era un hombre deportista y, físicamente, tenía muy buena apariencia. Pero a Jesusa lo que más le atrajo es que era un creyente convencido. Cuando se casaron su proyecto era formar una familia cristiana. 

De este matrimonio nacieron siete hijos. Vivían con sus necesidades cubiertas, pero sin lujos con lo cual los hijos de Jesusa aprendieron a no ser consumistas y a valorar lo poco que tenían. Conforme sus hijos se iban haciendo mayores, algunos de ellos fueron abandonando la iglesia. Todo lo que habían planificado empezó a fallar. Ellos, que estaban acostumbrados a ir con todos los niños a la Iglesia, este proyecto familiar se iba diluyendo. Jesusa se sentía fracasada como madre de familia. Su marido en cambio era más benevolente. 

“Esta situación nos hizo pasar una etapa difícil en el matrimonio. Le culpaba a mi marido que no había sido lo suficientemente rígido con ellos y en cambio él lo pasaba mal al verme a mí mal”, reconoce. Los años pasaron y en la Iglesia Católica empezaron a cambiar las cosas, como madre de familia seguía en ella el fracaso. Un día en la parroquia a la que ella pertenecía vino un sacerdote nuevo y un día en misa oyen un anuncio. 

El párroco no dijo nada más que les iban a dar un mensaje. Les invitaban a unas catequesis. Esto a Jesusa no le gustó porque ella pensaba que con todo el tema formativo tenía mucha experiencia. ¡Qué le podían enseñar uno matrimonios jóvenes que ella no hubiera ya vivido! Pensaba de alguna forma. Sin embargo, ir a esas catequesis fue todo un descubrimiento. 

“En mi vida personal y de fe hay un antes y un después de esto”. En aquellas catequesis les hablaban del Antiguo Testamento. Descubrieron que esa historia que les estaban contando tenía mucho que ver con la suya. 

“Se nos encendió una luz. No sabíamos que era el Camino Neocatecumenal. Oír el sermón de la montaña en una convivencia fue como si no lo hubiéramos oído nunca. Así empezaron a caminar con la comunidad dejando en manos del Señor la cuestión de sus hijos. Fueron conscientes que sus hijos no eran de ellos sino de Dios. A los cuatro años de estar en el Camino, su marido murió en un accidente. “Fue un mazazo porque yo tenía 44 años en aquel momento y al día siguiente los mayores tuvieron que tomar el mando de la casa. 

Yo le dije al Señor: yo no sé por qué me ha pasado esto, no sé por qué me le diste y ahora me lo quitas, pero como él ya no va a estar conmigo, ese hueco lo vas a tener que llenar tú”, explica. Así, lo puso en manos del Señor. Los primeros años los vivió mal pero con el paso del tiempo reconoce que Dios siempre estuvo a su lado. Además, también le pidió que la fe que su marido tenía se la transmitiera a ella. A los seis años del accidente de su marido uno de sus hijos tuvo un accidente en la carretera y se quedó parapléjico. “Cuando te coge el médico y te dice todas las cosas que le pueden pasar además de no poder andar, no sabes ya cómo entender aquello”. Aún así siguió pensando como con su marido, él tenía que sabes más que yo. Apostó por continuar confiando en el plan de Dios.

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