Jorge Montes y Javier Montes son hermanos criados en Puerto Rico. Desde pequeños recibieron la fe por parte de su familia. Su padre fue catequista durante muchos años. Se educaron en el colegio de Nuestra Señora del Rosario, era regentado por hermanos salesianos. Ellos mismos son fruto de este camino de fe que en su momento pusieron esa semilla de fe en ellos y que muchas veces no los recordamos pero nos olvidamos de ellos.

Con los años se mudaron a Estados Unidos y a partir de ese momento decidieron manejar las riendas de su vida de otra manera. “Empezamos a curiosear y a coquetear con la música. Nuestra familia siempre tocó y cantó pero ninguno de nuestra familia se había lanzado de manera profesional”, explica. Se establecieron en Florida y así se iniciaron en la persecución de un sueño. “Cuando hablamos de un sueño nos referimos a éxito. Queríamos tener éxito en lo que nos estábamos proponiendo. No había redes sociales. veías la televisión y veías el glamour de esta gran industria. Empezamos a perseguir estas luces”, comenta Jorge.

En este camino se dieron cuenta que es verdad que comienzan a tener éxito. Con el primer disco lanzado comenzaron a tocar en diferentes lugares. Su primo Pedro estaba en el grupo que más tarde de la historia fue fundamental en su acercamiento a Dios. “Sony Tropical queda interesada y nos contrata de manera internacional. En ese disco fue cuando grabamos A Puro Dolor. 

En 30 días fue número uno”, recuerda. En aquellos momentos la única forma de promocionar la música era que se emitieran en la radio o en las televisiones locales. Así estuvieron dos años viajando allá dónde la canción tenía éxito. “No sabíamos lo que venía con la fama y con el éxito. Nos perdíamos las fechas importantes de nuestras familias. Fue duro para nosotros. Empezamos a hacernos esas preguntas existenciales. Sentíamos ese vacío existencial y esa falta de propósito a pesar de los grandes éxitos”, enfatiza. Lo que les faltaba en verdad era poner a Jesús en el centro de su vida.En este camino continúan en la búsqueda por ser felices pero se le cruzan los vicios y aquellas distracciones que el mundo les ofrecía muy al alcance de la mano. 

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