SAN JUAN BAUTISTA: Cómo sobrevivió a la matanza de los inocentes

Jun 23, 2023 | CURIOSIDADES

San Juan Bautista nació poco tiempo antes que Jesús y, por su edad, estaba igualmente expuesto a la amenaza de Herodes. ¿Cómo sobrevivió a esta terrible matanza?

El Evangelio de san Mateo relata el episodio de la “Matanza de los inocentes” y menciona cómo un ángel se apareció a san José en los sueños para indicarle que huyera a Egipto. Eso es todo lo que sabemos sobre este episodio.

Sin embargo, en el marco de las revelaciones privadas, dos místicas relatan sus visiones de la extraordinaria forma en que san Juan Bautista pudo sobrevivir a la “Matanza de los inocentes”.

Como todas las revelaciones privadas, no hay obligación de creer en ellas. Cada creyente debe poner atención en que estas visiones nos guíen hacia -y nunca contradigan- a la única revelación necesaria: la Tradición Apostólica y las Sagradas Escrituras, enseñadas por el Magisterio de la Iglesia.

Sor María Jesús de Agreda comenta en su Mística Ciudad de Dios que cuando la Sagrada Familia partió hacia Egipto, María

Despachó (…) uno de los principales Ángeles que asistían para que diese noticia a Santa Isabel de lo que pasaba, y como superiora a los Ángeles en esta ocasión informó a su legado mentalmente de lo que había de decir a la santa matrona y al niño San Juan Bautista.

Llegó el Santo Ángel a la feliz y bendita Santa Isabel y conforme al orden y voluntad de su Reina la informó de todo lo que convenía. Le dijo cómo la Madre del mismo Dios iba con Él huyendo a Egipto de la indignación de Herodes y del cuidado que ponía en buscarle para quitarle la vida, y que por asegurar a San Juan Bautista le ocultase y pusiese en cobro y la declaró otros misterios del Verbo humanado, como se lo ordenó la divina Madre” (Nota 623).

En un relato que Ana Catalina Emmerick, en sus Visiones y revelaciones completas la beata también su visión del encuentro entre la Sagrada Familia, que huía a Egipto, con Isabel y Juan el Bautista de niño.

“El recipiente de agua y el cantarillo de bálsamo estaban vacíos; María estaba sedienta y triste, y el Niño también tenía sed (…) María bajó del asno, sentóse en el suelo y puso al Niño ante sí. Estaba triste y rezaba.

Mientras María, como Agar en el desierto, pedía un poco de agua para el Niño, mis ojos vieron una escena conmovedora. La gruta donde Isabel tenía escondido al niño Juan, estaba a poca distancia, en medio de unas rocas altas. Pude ver al niño Juan vagando entre malezas y piedras. Me pareció lleno de inquietud y como si esperara algo; no pude ver a su madre.

Sentía que Jesús pasaba y que tenía sed. Se puso de rodillas y clamó a Dios con los bracitos tendidos. Luego se levantó con rapidez corrió impulsado por el espíritu hasta un costado de la roca, y golpeó el suelo con su vara, brotando de inmediato agua abundante.

Juan corrió hacia el sitio donde caía, y allí se detuvo, y vio a lo lejos a la Sagrada Familia que pasaba. María alzó al Niño en los brazos y señalando hacia el lugar, dijo: ‘Mira a Juan en el desierto’“.

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