Después de confesarse, los pecados quedan perdonados y el sacerdote impone una penitencia, pero ¿y si se me olvida qué me dejaron hacer? Después de hacer un buen examen de conciencia, sentir dolor de los pecados y tener propósito firme de no volver a pecar, se hace la confesión de viva voz al sacerdote, que es el ministro de este sacramento; después de dar la absolución al penitente, perdonando los pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, acostumbra a establecer una obra u oración para satisfacción, es decir, el confesor impone al penitente el cumplimiento de ciertos actos de penitencia para reparar el daño causado por el pecado.

Sin embargo, puede ser que, porque no escuchamos bien o porque no cumplimos inmediatamente la penitencia por alguna otra razón, se nos olvide lo que el confesor nos haya impuesto. ¿Qué se hace en ese caso? El, Presbítero José Luis Solís Rincón, canonista, responde para el medio Aleteia explicando que, en ese caso, la gente de manera natural sabe que hay una penitencia, entonces, casi siempre se va al Santísimo y reza algo. Ahora, si conocemos a nuestros sacerdotes, ya sabemos quien es el que te deja un rosario o un padre nuestro.

Por lo general se nos va a olvidar lo ordinario. Por eso nos invita a ir y rezar un avemaría o un padrenuestro y la próxima vez que nos confesemos indicarle al padre que no recordamos la penitencia de nuestra última confesión, lo que rezamos en su lugar y ya nos dirá si le aumentamos algo más con la nueva penitencia.