El 13 de octubre de 1917, miles de personas presenciaron el milagro del sol en Fátima (Portugal) y Pío XII lo presenció en los jardines vaticanos.
El 13 de octubre de 1917 fue un día muy importante para todos los devotos marianos, para todo creyente católico. Según publicó un periódico local: Ante los ojos asombrados de la multitud, cuyo aspecto era bíblico mientras estaban en pie con la cabeza descubierta, buscando ansiosamente el cielo, el sol tembló; hizo repentinos movimientos increíbles fuera de todas las leyes cósmicas: el sol `bailaba´ según la expresión típica del pueblo».
Alguno podría pensar que un creyente, alguien que desea tener un encuentro con la Virgen terminaría viéndola aunque fuera en su imaginación. Pero el 13 de octubre de 1917 sucedió algo que confirmaron tanto creyentes como no creyentes. El evento había sido predicho por Nuestra Señora de Fátima a tres niños pastores. El Vaticano confirmó la autenticidad del milagro y el sitio se ha convertido en una fuente de numerosas curaciones y milagros desde entonces.
Justo cinco meses antes, el 5 de mayo de 1917, el mismo día que los tres niños pastores comenzaron a tener visiones de Nuestra Señora de Fátim, Monseñor Eugenio Pacelli fue consagrado arzobispo en la Capilla Sixtina, arzobispo que más tarde sería elegido para el papado convirtiéndose en el papa Pío XII.
Su vocación estaba fuertemente basada en un profundo amor por la Virgen María.
0 comentarios