San José,
tú que has amado a María con libertad,
y has elegido renunciar a tu imaginario
para hacer espacio a la realidad,
ayúdanos a cada uno de nosotros
a dejarnos sorprender por Dios,
y a acoger la vida
no como un imprevisto del cual defendernos,
sino como un misterio que esconde
el secreto de la verdadera alegría.
Obtén para todos los novios cristianos
la alegría y la radicalidad,
pero conservando siempre la conciencia
de que sólo la misericordia y el perdón
hacen posible el amor.
Amén.
¡ORACIÓN DEL DETENTE!
Ábreme, oh buen Jesús, tu Sagrado Corazón, muéstrame sus encantos, úneme a Él para siempre. Que todas...
0 comentarios