La Virgen del Rosario es una advocación que nos recuerda la importancia de dirigirnos afectuosamente a nuestra Madre a través de la oración, en particular del rezo del Santo Rosario.
Fue la mismísima Madre de Dios quien nos pidió que lo recemos y lo difundamos, para que, a través de este, podamos obtener gracias abundantes.
El Rosario es sin lugar a dudas una oración mariana y ayuda para crecer en amor a la Mujer por quien vino la salvación, pero no siempre reparamos en que es, antes que nada, una oración centrada en Cristo.
Al contemplar los misterios y las avemarías que se suceden nos ayudan a contemplar y meditar la vida de Nuestro Salvador, Jesucristo; y a hacerlo en compañía de María, siempre cercana al Hijo.
Ella nos enseña a acercarnos a los misterios de Jesús a través de su mirada maternal, porque todo en Maria es una invitación a amar a su Hijo.
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