Si eres fanático de Star Wars, es probable que el universo de Star Wars ya te haya cautivado durante algún tiempo. Sin embargo, si nunca has visto una película de Star Wars y sientes curiosidad por el rumor, sigue leyendo para descubrir por qué deberías ver Star Wars. Además de ser una de las películas más épicas y visualmente deslumbrantes jamás creadas, Star Wars está impulsada por una historia convincente repleta de algunos de los personajes más memorables de la historia del cine. Como cualquier gran historia, Star Wars lo tiene todo: drama, amor, acción, luchas épicas entre el bien y el mal, giros inesperados y todo lo demás. En esencia, Star Wars es una historia sobre el destino.

Se trata de convertirte en quien estás destinado a ser. Cada personaje se lanza involuntariamente a una batalla por algo más grande que ellos mismos, y presenta fuertes paralelismos con la vida cristiana y lo que significa ser humano, que es probablemente la razón por la cual es una franquicia tan querida. Hay un cierto elemento de espiritualidad en el universo de Star Wars llamado “la Fuerza”. Esta es una energía invisible que fluye y une a todos los seres vivos, y solo ciertas personas pueden utilizarla.

La moralidad también juega un papel importante en cómo se usa la Fuerza. Usa la Fuerza para buenas obras y para ayudar a otros, y uno puede ser entrenado como Jedi. Sin embargo, usa la Fuerza para el mal y el lado oscuro de la Fuerza te corrompe lentamente.

Al final, el bien siempre vence al mal, pero la victoria no se gana sin una batalla. Mientras los personajes de Star Wars luchan por el destino de la galaxia, los seres humanos están atrincherados en una batalla propia. El cristianismo enseña que Jesucristo ya venció a la muerte, y no tenemos nada que temer. Aun así, el enemigo logra colarse en nuestras vidas con el pecado. En nuestra naturaleza caída, es una batalla que debemos pelear día tras día.

Sin esperanza, los personajes de Star Wars no tendrían nada por qué luchar. La esperanza es la razón por la que todos luchamos las batallas que hacemos. A veces, estas batallas son abrumadoras, agotadoras y casi imposibles de superar. Pero es la esperanza de algo mejor y un futuro más brillante lo que nos impulsa a cada uno de nosotros a enfrentar esas batallas de frente.