¡IMPACTANTE! Testimonio de conversión de Frederick, el monje de la película Libres

Sep 27, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

El hermano Frederick Takkenberg vive actualmente en el monasterio de las Batuecas en Salamanca (España). La pregunta que todos hacemos en tantas vocaciones que vemos y experimentamos es cómo llegó el hermano hasta allí. La predisposición mística del hermano siempre estuvo presente en su vida. Siempre le interesó el misterio y como artista su mente funciona a través de la imagen, la palabra, el cine, la escultura. Todas estas disciplinas han sido muy importantes para él. 

Ya, desde muy niño, recuerda cómo su madre estaba muy interesada en la música. Por entonces tenían el disco de la Pasión de San Mateo y en la tapa de uno de estos discos incluía la Pasión, Cristo crucificado. Esta imagen le impresionó mucho ya de niño. Por eso, su conversión, como él mismo explica tiene que ver con el camino de pequeños signos que aparecen a través del tiempo en su vida. 

Sus orígenes familiares nada tienen que ver con el catolicismo, él no viene de una familia religiosa. Considera que la religión nunca tuvo en esos primeros años un impacto fuerte en su educación. La formación no estuvo presente, pero “Cristo estuvo presente en mi entorno. 

Por entonces, sus padres compraron una masía en el campo y cuando fueron a verla había una pequeña ventana y un pequeño crucifijo. Ese mismo crucifijo lo lleva consigo en su bolsillo y le acompaña a lo largo de cuarenta años. Le ha seguido a lo largo de su camino, en sus maletas, en sus mudanzas…Nunca lo ha perdido. Hasta que llegó el momento de ponérselo en el hábito. “Eso fue un signo también”, reconoce.

Más tarde, una amiga le invita a un monasterio en Écija, Andalucía, el monasterio de las Escalonias, un monasterio reciente, cisterciense. Así, Frederick empieza a descubrir lo que es la estética espiritual. Que él lo llevaba bastante dentro porque vivía en Toledo dónde había muchos monasterios e iglesias. Allí tenía su taller dónde pintaba. Lentamente, la estética religiosa, la música, los personajes que habitaban en el monasterio empezaron a conmoverse y a interesarle enormemente. 

Además de esta vertiente, en la vida de Frederick también hubo mucho dolor que fue el principal motor que le movió a la conversión. “La conversión tiene que ver en mi caso con mucho conflicto, con mucho dolor, con mucha separación de personas amadas. El suicido de mi suegro, de mi padre, de mi hermano”, explica. Al mismo tiempo de todo esto, el psiquiatra y las pastillas intentaban aliviar este dolor. Fue en Toledo dónde se encontró con los frailes carmelitas y ellos le “recogieron del suelo”. 

“Ellos supieron con muchísimo amor, tranquilidad y sabiduría levantarme otra vez y descubrí a San Juan de la cruz y a Santa Teresa de Jesús”. Ahí empezó un camino de transformación en Frederick. Fue al llegar al monasterio cisterciense, entre los naranjos, cuando se cayó del caballo. 

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