Ana Luisa Chávez Argumedo llevaba varios días en coma. Su condición ameritó que fuera intubada y que se mantuviera en terapia intensiva. En constante oración por su recuperación, su afligida familia no perdía la esperanza de que su salud, con la bendición de Dios, se reestableciera pronto.

El pasado domingo 6 de agosto, en que se conmemoró la Transfiguración del Señor, Mario Pérez, integrante del movimiento nacional de Renovación Carismática, estaba al lado de la cama de su suegra. En ese momento en Puebla se celebraba la clausura del Encuentro Nacional de Jóvenes en el Espíritu Santo que seguía a través de las redes sociales.

Lleno de fe y con plena confianza en la misericordia de Dios, en el momento en que el padre Marcos Zavala levantaba al Santísimo para dar la bendición a los jóvenes asistentes al evento y que veían la ceremonia de manera virtual, Mario colocó su celular frente a Ana Luisa para que también fuera bendecida.

Para sorpresa del joven integrante del Equipo Nacional de Comunicación del movimiento, en el momento en que sonaban las campanitas que indicaban que el sacerdote otorgaría la bendición, la mujer abrió sus ojos y escuchó la bendición, mientras por sus mejillas corrían las lágrimas.

Ana Luisa cree en Dios y en su poder sanador y por eso consideró que en el momento en que le puso las imágenes con el Santísimo ella sintió la presencia del Señor a través del medio digital y por eso despertó.