Como un reconocimiento a la fe y al amor que tienen los mexicanos a la Virgen de Guadalupe, el cantautor italiano Eros Ramazzotti escribió una canción con la que rinde tributo a la Reina de México y Emperatriz de América, y en la que hace una radiografía puntual de lo que significa la celebración del 12 de diciembre.

El cantante refiere en su interpretación que ese escenario le hace sentir en su interior un bosque que vibra y late con fuerza, al tiempo que aprecia en el panorama una pista llena de chicas, pasiones, maracas y pies desnudos que se mueven a un ritmo, a la vez que suena un bolero y, en la noche, un niño pide cariño. Ramazzotti cierra su interpretación reconociendo la importancia de pensar en los recuerdos por más que nos afecten, pero sobre todo subraya que es muy natural no sentirse avergonzado por amar aquello que nos da esperanza, en referencia directa a la Virgen de Guadalupe.