La historiadora del arte Emma Maayan-Fanar estaba dirigiendo un examen arqueológico de las ruinas de Shivta, en el desierto del Néguev, Israel, cuando se percató de que un par de ojos la observaban desde una pared encostrada de polvo. Una cuidadosa limpieza desveló una antigua representación del bautismo de Cristo. El hallazgo está considerado «extremadamente raro» porque en Israel prácticamente no existen imágenes cristianas de Cristo de esta antigüedad. «Su rostro estaba justo ahí, mirándonos», dijo del descubrimiento Maayan-Fanar para el periódico Haaretz. «Estuve allí en el momento y el lugar adecuados, con el preciso ángulo de luz y, de repente, vi unos ojos. Era el rostro de Jesús en Su bautismo, mirándonos».