Alexis Murray es periodista ecuatoriana y creadora de Bendita Soltería. Les acompañan en esta búsqueda del amor. Se casó a los 44 años por la iglesia y contra todo pronóstico. Dicen que esta edad es tarde pero así Dios hizo las cosas. Con 22 años tuvo la primera llamada al matrimonio. “Así pasé por todas las etapas de la soltería. Le preguntaba a Dios por qué me mantenía soltera”. Le pidió paz para vivir esta etapa plena. Descubrió que estar soltera no es estar sola. 

Y es que reconoce que muchas personas se saltan esta etapa. “El matrimonio no es la meta, la meta es Dios. En ese momento pensaba que mi meta era el matrimonio”, reconoce. Así un día apareció la persona correcta y fue cuando le pidió al Señor la sabiduría para elegir. “Dios nos da el libre albedrío y en ese libre albedrío tenemos que pedir la sabiduría para tomar una buena decisión”. 

Alexis empezó a notar que tenía talento para unir personas. En ese proceso se daba cuenta que una amiga por ejemplo podía tener ciertas virtudes para congeniar con otros amigos. Fue descubrir que aunque su vocación al matrimonio no había sido saciada sí tenía esa capacidad para ayudar a otras personas. Sus amigas, en agradecimiento, le invitaban a sus bodas.

“Me daban sus ramos. Esto significaba que si recibía el ramo me tocaría a mí la siguiente vez, pero esto no ocurrió”. Aprendió a vivir en años de soltería sabiendo que Dios la quería así. A los 30 años se dió cuenta que esa paz debía estar ligada a la acción. Descubrió en su vida tres principios que han regido su vida: el orar, accionar y confiar. 

“Siento que el momento cuando toqué fondo fue esta toma de conciencia. Quería aprender a vivir esta soltería plena. Escribí en mi diario los sueños que quería cumplir”. Fue como una lluvia de ideas. Escribió todos los sueños que anhelaba su corazón, desde los más espirituales hasta los más mundanos. Lo puso en oración y fue al Santísimo. “Pedí al Espíritu Santo qué cosas de todas las de la lista podía hacer y podía con ello enriquecer mi vida”. 

A sus 30 años cumplió una de esas metas. Viajó a otro país. Conoció Europa y esto fue para Alexis el vivir una vida que le hizo crecer. Terminó viviendo en Argentina. La gente le avisó que en este país igual no iba a poder vivir su fe igual que en Ecuador. Pero fue en este país dónde verdaderamente redescubrió su fe. 

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