El fraile franciscano John Bok, de ochenta y siete años, se salvó casi por milagro de un grave accidente automovilístico en un episodio ocurrido el 1 de octubre. El sacerdote comentó que sospecha que los ángeles pueden estar detrás de este incidente que no fue.

Ese día el padre John Bok se dirigía a celebrar misa. De pronto, algo salió mal con otro conductor: un joven que conducía otro vehículo en una calle paralela tuvo una convulsión mientras estaba al volante y se desmayó. Su auto fuera de control cruzó a la avenida lateral y se encaminaba a colisionar con el automóvil del sacerdote.

Todo lo que había entre los dos autos era una señal de tráfico y otro objeto vertical que sobresalía del suelo. Todo indicaba que terminaría en un accidente, pero sucedió algo que nadie hubiese previsto. 

El auto del joven estaba a punto de chocar al auto del fraile del lado del conductor, cuando golpeó otro objeto, se levantó por el aire y pasó por arriba del vehículo del sacerdote sin causarle el menor daño.

Ni siquiera se enteró de lo que había ocurrido. “Yo no sabía que ese auto me pasó por encima porque estaba mirando hacia adelante, y estaba a mi izquierda y arriba. Y por el rabillo del ojo sentí que algo pasó, pero pensé que era un pájaro o algo así”.

El sacerdote dijo que un oficial de policía que lo conoce se le acercó mientras el padre Bok estaba en un restaurante después de misa y le notificó que casi lo atropella el automóvil del joven. El oficial de policía le mostró un video del evento que fue captado por la cámara de la funeraria al otro lado de la calle donde ocurrió el incidente.

“Estaba asombrado de que hubiera sucedido“. “Uno de los misterios es que sería la fiesta de los ángeles guardianes del 2 de octubre. No sé en qué estaba pensando Dios”.

El padre Bok dijo que si lo golpeaban y su vida terminaba en ese accidente, sería una situación en la que todos saldrían ganando porque “el cielo será mejor que aquí”.

Sin embargo, dijo, disfruta la vida y espera que Dios le dé más años. “Estoy feliz de seguir aquí, y es un misterio por qué lo estoy cuando miras ese video”, comentó.

“Cuando lo veo, simplemente me rasco la cabeza y digo: ‘Gracias, Señor’”.

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