Según Alberto Ravagnani, un joven sacerdote italiano, no hay que poner mil excusas para la Confesión, de hecho, ¡confesarse es como recibir una inyección de amor! Y por eso nos presenta 7 razones para confesarnos y así “salvarnos la vida, como el hospital nos permite curar las heridas del cuerpo.
1) Te ayuda a recuperar la confianza con tu vida interior.
2) Te obliga a hacer verdades dentro de ti mismo, a llamar a las cosas por su nombre y no mistificarlas.
3) Te hace humilde, reconocer tus límites es el punto de partida para ser grande.
4) Sana las heridas más profundas, los pecados más graves, los que más te avergüenzan, la misericordia de Dios es como medicina.
5) Te permite superarte, dejar de hacer el mal: el amor de Dios combinado con la fuerza de voluntad puede hacer milagros.
6) Te hace experimentar el amor de Dios, a pesar de los pecados que cometes, para que descubras la felicidad.
7) Te enseña a amar, porque aprendes a amar cuando te sientes amado, entonces si te sientes amado por Dios podrás amar “por Dios”.
Aunque la Confesión es ciertamente el sacramento más difícil de vivir, ¡realmente nos permite no solo obtener la salvación sino una vida más feliz! Y si te cuesta confesarte, ¡esta es exactamente la señal de que te hará bien!
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