4 enfermos terminales que fueron ordenados sacerdotes en su lecho de muerte

Jul 8, 2023 | CURIOSIDADES

Para que un seminarista sea ordenado sacerdote debe cumplir cabalmente con todo el período de formación que mandata la Iglesia; pero, en algunos casos muy particulares, el obispo titular o el mismo Santo Padre pueden conceder una dispensa. Te presentamos la historia de cuatro seminaristas enfermos que se ordenaron sacerdotes días antes de morir.

Michal Los, el sacerdote polaco. El 23 de mayo de 2019, gracias a una dispensa concedida por el Papa Francisco, el seminarista polaco Michal Los, diagnosticado con cáncer terminal, fue ordenado sacerdote en el Hospital Militar de Varsovia, la capital de Polonia. Después de su ordenación, el nuevo sacerdote ofreció unas breves palabras desde la cama del hospital y dio la bendición a todos los que rezaron por él y lo acompañaron en ese momento tan importante para su vida. Finalmente, falleció semanas más tarde, el 18 de junio de 2019.

En agosto de 2019, el joven seminarista colombiano Diego Omar Peña Navia, del Seminario Conciliar María Inmaculada de la Diócesis de Garzón, fue ordenado sacerdote antes de concluir su período de formación ante la inminencia de su muerte, debido a una enfermedad terminal. Sus palabras fueron: “Quiero morir con la casulla puesta, porque morir siendo sacerdote vale todo, tal como murió el padre polaco”.

El 13 de junio de 2022, el seminarista Khamsan Mim fue ordenado desde la cama del hospital en el que se encuentra internado, muy cerca de morir.

Cuatro años después de ingresar al seminario, mientras estudiaba Teología, le fue diagnosticado cáncer terminal. Debido a esto, su obispo le concedió una dispensa especial para acelerar los tiempos de su ordenación, permitiendo al Mim cumplir su sueño de ser sacerdote del Señor al servicio de la Iglesia.

El Jueves Santo de 2021, el seminarista nigeriano Livinus Esomchi, religioso de la Congregación de la Madre de Dios, recibió la ordenación sacerdotal de manos del obispo auxiliar de Roma en el hospital donde se encontraba debido al cáncer que padecía y por el que murió apenas 23 días más tarde. Sólo 24 horas antes, Livinus había escrito al Papa Francisco una carta en la que le pedía su ayuda para cumplir su vocación: ser sacerdote.

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