Te contamos 10 datos curiosos de una de las colecciones de arte más grandes del mundo, la de los Museos Vaticanos.
1. Su gran tamaño
Conocido como “el Museo de los museos”, contiene la mayor colección de arte del mundo y se encuentra dentro de la Ciudad del Vaticano.
Sus largos pasillos y estancias con 9 millones de piezas de arte suponen un total de 15 km que son recorridos por más de 15 millones de personas al año.
Se dice, que el conjunto de sus obras podrían cubrir más de cuatro veces todas las paredes del Vaticano.
2. Sus orígenes
Estos museos nacen con las obras privadas de Julio II, que al ser electo Papa en 1503, trasladó su colección al Patio Octagonal.
Entre las primeras obras se encuentra el Apolo de Belvedere, la Venere Felice, la Ariadna dormida y el grupo de Laocoonte y sus hijos.
El Papa Julio II mandó autentificar la estatua «Laocoonte y sus hijos», para después adquirirla. Esta escultura fue una de las primeras en formar parte de la exposición del Museo Pío Clementino, el cual fue fundado en 1771 por el Papa Clemente XIV.
3. Prohibieron la visita a Hitler
Durante la pandemia de coronavirus, los Museos Vaticanos cerraron sus puertas al público. Sin embargo, no era la primera vez que esto ocurría.
En mayo de 1938, cuando Adolf Hitler llegó a Roma como invitado del rey Víctor Manuel III y Benito Mussolini, el Papa Pío XI no quiso recibirlo, y para evitarlo se trasladó a la villa de Castel Gandolfo durante unos días.
El entonces Papa ordenó que tanto el museo como la Basílica de San Pedro estuvieran cerrados para evitar que el dictador pudiera en ambos lugares.
4. Del Vaticano a la luna
Un dato curioso que no muchos conocen es que una bandera del Vaticano viajó hasta la luna en el Apolo 11. Los Museos Vaticanos albergan esta pequeña bandera con algunos fragmentos de la superficie lunar.
Fue el entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, quien entregó esta insignia al Vaticano, y junto a ella se encuentra una placa donde puede leerse el siguiente texto: “Esta bandera viajó hasta la luna y volvió en el Apolo 11, y unos fragmentos de la superficie lunar fueron traídos a la tierra por la primera tripulación que llegó a la luna”.
5. ¿Higos o manzanas?
Bastante es conocida la exactitud y minuciosidad de Miguel Ángel en la creación de la Capilla Sixtina. De hecho, el árbol del que Eva recoge la fruta prohibida no es un manzano, sino que se pueden apreciar las hojas de una higuera.
Cabe destacar que en el libro del Génesis no se menciona que la fruta probada por Eva y Adán fuera una manzana, un hecho divulgado debido a un error en la traducción del término malus-malum (mal fruto) por manzana.
6. Un mensaje escondido
En un inicio, Miguel Ángel rechazó el encargo de la Capilla Sixtina debido a la magnitud del trabajo y debido a que creía que sus rivales esperaban verle fracasar.
El artista pintó finalmente un total de 460 metros cuadrados de la Capilla Sixtina. La creación de Adán, pintada en la bóveda de esta capilla, es una de las pinturas más conocidas a nivel mundial, estudiada por expertos de todo el mundo durante décadas.
7. Un pasadizo secreto
Una parte del museo es el llamado Passetto di Borgo, un pasadizo que comunica con el Castel Sant’Angelo.
El Papa Clemente VII pudo escapar a través de este pasadizo de los soldados del emperador Carlos V que pretendían acabar con su vida al entrar en la Ciudad del Vaticano en 1527.
8. El guardián del museo
Gianni Crea es el encargado de abrir cada madrugada todas las puertas y estancias de los Museos Vaticanos. Utiliza un total de 2.797 llaves.
Además, durante un cónclave se encarga de cerrar todos los accesos a la Capilla Sixtina para asegurar el secreto en la elección del Pontífice.
La llave la guarda en un cofre cerrado que entrega a la Gendarmería, que se la devolvería de nuevo a Gianni para abrir las puertas una vez haya humo blanco y el nuevo Papa haya sido elegido.
9. La “Sala de las lágrimas”
Existe dentro de la Capilla Sixtina una estancia llamada “Sala de las lágrimas” (Stanza del pianto).
Está situada a la izquierda del altar bajo el Juicio Final y recibe este nombre debido a que el nuevo Papa, una vez elegido, es conducido a esta pequeña habitación antes de salir a saludar a los fieles que le esperan en la Plaza de San Pedro.
10. Cuatro años de una vida
Se calcula que si una persona dedica un minuto a ver cada obra de estos museos, necesitará 4 años enteros de su vida.
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