Verónica Flamenco es comunicadora, hispana y residente en Los Ángeles (California). Se dedica a comunicar la buena nueva a todos aquellos que lo quieran escuchar. Hoy viene a contarnos cómo fue de ser una cristiana tibia e incluso mediocre a ser transformada y no tener miedo a hablar en público de Dios. Ahora es capaz de portar un crucifijo o una medalla de la milagrosa, además de rezar el rosario.
Creció en un país muy pequeño, en El Salvador. Crece ahí hasta los 14 años cuando sus padres deciden viajar a Estados Unidos en busca del sueño americano. Sus padres en este momento se separan y es cuando se mudan a Los Ángeles, en California. Reconoce que no creció con formación católica, era una cuestión más bien cultural. “No podía agarrar un Rosario y rezarlo sola. No sabía los misterios de memoria, en cuestión de devoción y formación, estaba perdida”, explica. Pero algo que agradece a su familia es que le inculcaron ese agradecimiento y esa intención de oración a Dios. Con esa mentalidad fue creciendo. “No recuerdo desde que llegué a Estados Unidos de ir a confesión y terminé por ir solo a la iglesia cuando había algún evento. Comencé a sumergirme en un mundo materialista y hedonista de la cultura estadounidense”, sostiene.
Y es que, en todo el mundo se está viviendo que el catolicismo se está arrinconando a un aspecto cultural y muchos somos incapaces como bien reconoce Verónica, de sostener nuestra fe. Lo único que le importaba a Verónica era crecer profesionalmente y estaba muy centrada en el estudio. “Lo principal es que nuestra alma se va perdiendo. Lo único que buscaba era el placer, irme de parranda. Sentía que era independiente y no tenía que depender de los padres ni nada”.
Si la oración por las noches no le faltaba, tampoco se fue de ella ese vínculo tan cercano con su madre, la honraba. Esa rebeldía que tenía la usaba en contra del Señor y sus mandamientos y no contra el mundo que es lo que el Señor nos pide. “Me inicié en las prácticas de la Nueva Era. Comienzo a practicar yoga, sueños astrales, los horóscopos. Tenía una fascinación con todas estas prácticas orientales que me fueron adormeciendo el alma al punto que te vacías tanto de Dios que lo llenas con basura” .
Además, alimentaba su mente con libros. Era fan de leer los libros de Paulo Coelho. Todo esto era lo que le fue alejando de Dios. Le fue despertando una curiosidad que no era auténtica, era una curiosidad que le estaba llevando a la perdición de su alma. Ya sufría de ansiedad, porque estas prácticas lo que le daban era una pequeña cura pero tenía tanta sed que esa sed iba en aumento. Sin saber que esa sed sólo la saciaba Jesús. “Ya no sentía esa falsa paz que me daba. Era como una droga, empiezas con una droga suave y luego vas a más”.
Esa necesidad de relajación y de paz le hizo tomar el camino inadecuado. A los 19 años van ocurriendo cosas en su familia como consecuencia de no permanecer unidos en los lazos de Jesús. Suceden problemas y Verónica ya no sabía cómo resolverlos. “Gracias a Dios dentro de esas desgracias hubo momentos de gracias en los momentos de mayor debilidad.
¡No te pierdas el testimonio completo! Te impresionará. Puedes seguirla en sus redes sociales para ver sus charlas: https://www.instagram.com/veronica_flamenco/?hl=es
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